La verbena contiene más de 20 compuestos vegetales beneficiosos, incluyendo glucósidos iridoides, flavonoides y triterpenoides, que pueden ser los responsables de sus supuestos beneficios (2).
Puede poseer efectos antitumorales
Los estudios en animales y en tubos de ensayo sugieren que los glucósidos, triterpenoides y aceites esenciales de la verbena pueden ayudar a inhibir el crecimiento de los tumores e inducir la muerte de las células cancerosas (3, 4).
En un estudio con ratones, dosis elevadas de extracto de verbena de 18 gramos por libra (40 gramos por kg) de peso corporal inhibieron el crecimiento del tumor en más de un 30%, en comparación con los controles.
Los investigadores atribuyeron esta actividad antitumoral a los verbénidos A y B -dos tipos de glucósidos- y a los triterpenoides (3).
Además, el citral -un componente clave del aceite esencial de verbena- posee efectos anticancerígenos probados que provocan la muerte celular programada (5).
Un estudio en tubo de ensayo descubrió que una concentración del 0,01% de aceite esencial de verbena aumentaba la muerte de las células inmunitarias rebeldes obtenidas de aquellos con leucemia linfocítica crónica del 15 al 52%, lo que sugiere que puede ser útil para el desarrollo de nuevos agentes terapéuticos (4).
Sin embargo, se necesitan investigaciones en humanos para verificar estas afirmaciones.
Puede proteger las células nerviosas
El extracto de verbena puede beneficiar a ciertas afecciones neurológicas o relacionadas con el cerebro.
Estudios realizados en ratas demuestran que el glucósido de la verbena verbenalina -también conocido como cornina- puede mejorar significativamente el daño cerebral después de un accidente cerebrovascular (6, 7, 8).
Los estudios explican que el compuesto promueve el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos en el cerebro -que lo abastecen de oxígeno- y mejora su función mitocondrial.
Las mitocondrias se encargan de la producción de energía en las células, y necesitan oxígeno para ello. Sin oxígeno, la producción de energía disminuye, lo que conduce a problemas en la actividad celular regular y, potencialmente, al desarrollo de muchas enfermedades del sistema nervioso (9).
Por lo tanto, la verbenalina asegura un suministro suficiente de energía y sangre al cerebro, mejorando la función después de un accidente cerebrovascular.
Además, el extracto puede proteger contra la pérdida de células cerebrales o neuronas en la enfermedad de Alzheimer.
Las investigaciones sugieren que puede reducir la toxicidad del péptido beta-amiloide, o Abeta. La acumulación de este compuesto es un importante factor tóxico implicado en el desarrollo de la enfermedad (10).
Puede ayudar a reducir la ansiedad y las convulsiones
La verbena se ha utilizado durante mucho tiempo en la medicina popular como relajante o tónico nervioso, y la investigación en animales respalda actualmente este uso.
Un estudio en ratas determinó que dosis de 0,04-0,22 gramos por libra (0,1-0,5 gramos por kg) de peso corporal de extracto de verbena tenían un efecto reductor de la ansiedad comparable al del diazepam, un popular fármaco utilizado para reducir la ansiedad (11).
Los investigadores lo relacionaron con el contenido de flavonoides y taninos de la planta, ambos conocidos por poseer propiedades ansiolíticas y sedantes.
Otros estudios en ratas han concluido que el extracto puede ayudar a controlar las convulsiones o ataques en aquellos con enfermedades neurológicas como la epilepsia, prolongando su tiempo de aparición y acortando su duración (11, 12).
Esto se atribuyó a la verbenina, un componente esencial de la verbena. La verbenina se vio incluso favorecida frente al bromuro, un compuesto habitualmente utilizado en el tratamiento de la epilepsia (11).
Puede tener actividad antimicrobiana
La resistencia a los antibióticos es una preocupación mundial creciente. De forma prometedora, los estudios muestran que la verbena puede proteger contra las bacterias y los hongos resistentes a los antibióticos.
En un estudio de probeta, el aceite esencial de verbena se probó contra dos hongos y siete bacterias. Inhibió el crecimiento de todos los microorganismos de una manera dependiente de la dosis – lo que significa que cuanto mayor es la dosis, mayor es el efecto antimicrobiano (13).
De forma similar, otro estudio de probeta demostró el efecto antibacteriano del extracto de verbena contra Staphylococcus aureus, Escherichia coli y Salmonella typhi, que son responsables de múltiples enfermedades infecciosas (14).
Se sabe que los compuestos del aceite esencial de verbena, como el citral, poseen actividades antimicrobianas. Además, otros compuestos beneficiosos como los flavonoides, presentes en la planta, pueden sumarse a estos efectos (15).
Las investigaciones sugieren que los flavonoides pueden inhibir la adhesión de las bacterias al huésped y neutralizar la toxicidad contra las células humanas. Sin embargo, aún se necesitan estudios en humanos (16).
Otros efectos beneficiosos
El extracto de verbena y los aceites esenciales pueden proporcionar otros beneficios potenciales para la salud, como:
- Actividad antiinflamatoria. El uso tópico del extracto de verbena parece tener un efecto antiinflamatorio sobre la hinchazón causada por la retención de líquidos (17).
- Apoya la salud de las encías. Un estudio realizado en 260 personas sugiere que una decocción de verbena (infusión de hierbas) puede beneficiar el tratamiento de la gingivitis crónica o la inflamación de las encías (18).
- Apoya la salud del corazón. Un estudio en ratas determinó que el tratamiento con verbenalina, o cornina, redujo la muerte del tejido cardíaco y el daño causado por un suministro inadecuado de sangre (19).
- Actividad antidiarreica. Un estudio en animales concluyó que el extracto de raíz de verbena retrasó significativamente el volumen y la frecuencia de la diarrea, en comparación con un control (20).
Resumen
La verbena es un remedio popular debido a sus múltiples compuestos beneficiosos para las plantas. Algunos de sus beneficios son los efectos antitumorales, la protección de las células nerviosas, las propiedades para reducir la ansiedad y las convulsiones, y la actividad antimicrobiana.