No todos los episodios de vómitos o diarrea justifican una visita inmediata al veterinario. Si el episodio es leve, no progresa rápidamente y su perro es un adulto por lo demás sano, es razonable probar primero algunos remedios caseros. Por supuesto, si el estado de su perro no mejora en el transcurso de 24 a 48 horas o empeora en algún momento, llame a su veterinario. Estos son algunos consejos para el tratamiento casero:

  • Para los vómitos, retenga la comida pero no el agua durante 12 a 24 horas, y luego reintroduzca gradualmente la dieta habitual de su perro.
  • Para la diarrea, no retenga la comida ni el agua, pero cambie a una dieta blanda y de fácil digestión durante un par de días. El arroz blanco mezclado con carne blanca de pollo hervida (sin huesos ni piel) es una buena opción temporal. Una vez que las heces vuelvan a la normalidad, vuelva gradualmente a la comida habitual y nutricionalmente equilibrada de su perro. Los medicamentos antidiarreicos que contienen caolín y pectina pueden utilizarse para absorber el exceso de líquido en el tracto intestinal y reducir el movimiento intestinal. Los suplementos probióticos también ayudan a normalizar las poblaciones bacterianas dentro del tracto intestinal.
    • Sin embargo, el tratamiento en casa no es apropiado en todas las circunstancias. Si su cachorro empieza a vomitar o tiene diarrea, debe llamar a un veterinario. Lo mismo ocurre con los perros ancianos y los que padecen enfermedades graves y crónicas. Estos individuos no suelen tener las reservas necesarias para mantener las funciones corporales normales ante un ataque, incluso leve, de vómitos o diarrea. Otras señales de advertencia que deben llamar a su veterinario inmediatamente son:

      • dolor abdominal
      • depresión
      • letargo
      • sangre en las heces o en el vómito
      • diarrea profusa y acuosa
      • intentos frecuentes de vomitar, tanto si sale algo como si no
      • Para diagnosticar la causa de los vómitos y/o diarreas graves o prolongados, los veterinarios realizarán una historia clínica y un examen físico exhaustivos y, en algunos casos, también pueden necesitar los resultados de análisis de sangre, un análisis de orina, exámenes fecales, radiografías, ecografías abdominales, pruebas de laboratorio especializadas e incluso una cirugía exploratoria o una endoscopia con biopsias de tejido.

        El tratamiento debe dirigirse a la causa subyacente de los síntomas gastrointestinales del perro siempre que sea posible, pero los antieméticos, los medicamentos antidiarreicos y los cuidados de apoyo (por ejemplo, Cuando los vómitos o la diarrea se prolongan durante más de unos días, es muy importante satisfacer las necesidades nutricionales del perro. Su veterinario puede prescribir una dieta terapéutica o recomendar métodos de alimentación alternativos para satisfacer las necesidades de su perro. Dependiendo del diagnóstico, es posible que su perro pueda volver a comer un alimento de venta libre nutricionalmente completo y bien equilibrado, o que tenga que continuar con una dieta terapéutica como parte de un plan de gestión de la enfermedad.

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