La viscosa o rayón es un producto sintético utilizado como material textil que se obtiene tratando la celulosa con una solución de álcali cáustico (sustancia alcalina) y disulfuro de carbono (líquido volátil utilizado para fabricar ciertas fibras de celulosa).

La viscosa recibe su nombre porque es un líquido orgánico con características viscosas o pegajosas. Se utiliza para fabricar rayón, aunque en Europa el propio rayón se llama viscosa, por lo que ambos se han convertido en sinónimos, refiriéndose al tejido textil utilizado para la confección de prendas y complementos.

¿Cuál es la composición de la viscosa?

La materia principal de la viscosa es la celulosa, que es la biomolécula más abundante en la naturaleza. Es un homopolisacárido (es decir, un polisacárido cuyas moléculas están compuestas por el mismo tipo de monosacárido) compuesto únicamente por moléculas de glucosa. Explicado de forma más sencilla, la celulosa es una fibra de materia vegetal que está formada por glucosa.

La celulosa, el componente principal

La celulosa se encuentra en muchas partes de la naturaleza. Se puede encontrar en la madera, la paja y otras plantas en grandes cantidades. Es el componente fundamental de la pared de las células vegetales en las plantas, la madera y las fibras naturales. Se puede encontrar en altas concentraciones en las fibras de algodón, que pueden contener hasta un 90% de celulosa, siendo así una fuente muy pura de obtención de este compuesto. Se encuentra en tal abundancia en estos elementos porque la celulosa funciona como soporte y protección de los mismos, sirviendo como una especie de apoyo.
Visto en números más comprensibles, una célula vegetal de un trozo de madera joven común puede tener alrededor de un 40% de celulosa en su composición, mientras que otros tipos de árboles, como los leñosos, pueden tener alrededor de un 50% de celulosa, y en su estado más puro se puede encontrar en el algodón, con una composición de hasta el 90%.

Historia de la viscosa o rayón

Para hablar de la historia de la viscosa, primero es necesario conocer la historia de la celulosa, que es de lo que está compuesta.

La celulosa fue descubierta en 1838 por Anselme Payen, químico, físico y matemático francés, que consiguió aislarla de la materia vegetal. Pero no fue hasta la década de 1880 cuando se utilizó la celulosa para crear viscosa que sustituyera a la seda.

Este descubrimiento fue realizado por Hilaire de Chardonnet en Échirolles, Francia, en 1884. Hilaire era un conde francés, además de científico, que era conocido por la fabricación de seda artificial (viscosa o rayón) y una industria textil para su producción.

Intentó aplicar los disolventes adecuados a la celulosa, y así obtuvo una solución densa y viscosa, que filtró a través de una placa en la que previamente había hecho pequeños agujeros. Se dio cuenta de que, al terminar este proceso, el líquido formaba pequeños filamentos que, una vez secos, eran fáciles de adaptar a las técnicas de hilado y tejido. Así fue como Hilaire de Chardonnet obtuvo por primera vez el rayón, dándose cuenta de que era muy similar a la seda en sus propiedades, con gran resistencia y elegancia, por lo que pasó a conocerse como seda artificial.

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Para la década de 1890, Charles Frederick Cross en compañía de Clayton Beadle tomaron la decisión de volver a utilizar la viscosa, por lo que intentaron la producción de rayón. Sus intentos se convirtieron en la base de su producción, hasta que el éxito fue alcanzado por el químico suizo Jacques Brandenberger que trabajaba en Suiza y Francia.

El rayón se conoció primero como seda artificial, hasta que más tarde, alrededor de 1924, se conoció como rayón o viscosa en Europa y otros países. En sus inicios se fabricaba como un hilo para hacer bordados e hilos, hasta que más tarde los fabricantes se dieron cuenta de que las fibras desechadas se podían entrelazar para formar accesorios más complejos. Desde entonces la viscosa se fue mejorando con el paso de los años y su calidad fue aumentando.

Para 1940 se mejoró a un rayón de alta tenacidad, y para 1950 a algo conocido como HWM o rayón modal. Este último, además de tener una alta tenacidad, también tiene una alta elasticidad y resistencia en húmedo.

Tipos de rayón y sus características

Existen varios tipos de viscosa o rayón, que varían en calidad y composición. Cada uno tiene sus propias características distintivas, aunque todos derivan de las características del rayón normal, que se conoce desde sus inicios como seda artificial. Otros tipos conocidos son el rayón de alta tenacidad, que tiene una resistencia mucho mayor; el rayón HWM, que es más resistente al agua y a la humedad; el rayón cupramónico, que contiene productos químicos adicionales para darle otros efectos; y el acetato de rayón, que difiere en su fabricación.

Rayón normal

El primero es el rayón normal, que siempre ha servido como sustituto de la seda. El problema de este tipo de rayón es que su resistencia disminuye con el tiempo, lo que hace que se deteriore notablemente y su calidad se vea comprometida. Además, su elasticidad también se pierde bastante en comparación con otras fibras elásticas, y cuando se moja su calidad disminuye aún más, demostrando que es poco resistente al agua.

Se caracteriza por su tacto, siendo muy similar al de la seda (de ahí que se le conozca como seda artificial), además de tener un brillo propio y una belleza única. Por ello es muy utilizado para la fabricación de lencería y otras prendas de vestir.

Se utiliza principalmente en la industria textil para la fabricación de prendas de vestir, como camisetas, blusas, faldas, pantalones, vestidos, cortinas, etc.

Y en otros ámbitos, como la fabricación de complementos para la decoración de interiores, como colchas, mantas, tapicerías, etc. También en la industria para la fabricación de ciertos materiales quirúrgicos y otros productos no tejidos. Y en algunos casos para la confección de productos para la higiene femenina.

Rayón modal o HWM

La versión mejorada es el HWM o rayón modal, que es más resistente y duradero. Tiene la característica de que tiene una gran absorción, lo que lo hace más resistente al agua, y su elasticidad no se ve tan comprometida al mojarse. Por ello, se puede lavar en la lavadora, a diferencia del rayón normal.

Tiene las mismas características que el rayón normal, además de algunas mejoras:
– Su elasticidad mejora su tacto suave, ofreciendo una sensación más agradable, como si fuera la rosa de la piel.
– Es más absorbente que el algodón, permitiendo una absorción de la humedad de hasta un 50% más y de forma más rápida y eficaz.
– Su forma suave y sedosa le permite tener un efecto brillante.
– Al ser una versión modificada y mejorada del rayón normal, el HWM es más resistente al agua y a la humedad.
– Tiene una gran versatilidad, lo que le permite tener las mismas propiedades de confort y tacto que otras fibras naturales como la seda, la lana o el algodón.
– Su gran absorción le permite retener el tinte muy fácilmente, por lo que puede cambiar su color sin muchos problemas.
– A diferencia de otras fibras no aísla el cuerpo de la temperatura, permitiendo la transpiración. Esto hace que el frío penetre más fácilmente en la piel, lo que hace que el modal sea ideal para los climas cálidos.
– A diferencia de otras rayas, el modal no se encoge ni pierde sus propiedades cuando se moja, o al menos muestra una resistencia mucho mayor al agua, lo que permite lavarlo en lavadora junto con otras prendas.

Rayón de alta tenacidad

Otro tipo es el rayón de alta tenacidad, que tiene una resistencia de hasta el doble que el modal. Debido a su alta resistencia se suele utilizar en la industria, tanto que en los años 30 se fabricaba normalmente para su uso en neumáticos, mangueras y correas de distribución, aunque más tarde se dedicó a la fabricación de prendas de vestir, al ver que se podían conservar durante más tiempo.

Rayón de cupramonio

También existe un tipo de rayón llamado rayón de cupramonio, que se fabrica mediante un proceso en el que se combina la viscosa con cobre y amoníaco. Sus propiedades son muy similares a las del rayón normal, pero su proceso de fabricación produce efectos adversos en el medio ambiente, por lo que su producción se ha reducido o detenido por completo.

Rayón de acetato

Es básicamente como el rayón normal, sólo que se diferencia porque la pasta amarilla se disuelve en ácido acético después del proceso de xantantación.
El rayón de acetato no se funde, se quema rápidamente dejando un pequeño rastro de ceniza donde se fabricó. Se sintetiza a partir de ácido sulfúrico en frío al 80%. Además, es sensible al calor y requiere precauciones para el planchado. También hay que teñirlo con anilinas. Acepta muy fácilmente los tintes, lo que permite teñirlo en muchos colores de forma sencilla.
Debido a sus complicaciones, es menos habitual en las prendas.

Composición química del rayón

El rayón es 100% celulosa y tiene la misma composición química que la célula natural. La estructura molecular del rayón es la misma que la del algodón y el lino, salvo que las cadenas moleculares son más cortas y no forman tantos cristales pequeños.

Sirviendo un poco de química para conocer su composición, se puede añadir que la celulosa es un polímero de cadena larga de masa molecular variable y con una fórmula empírica representada por (C6H10O5)n, donde el valor de n es al menos 200. Está formada por la unión de moléculas de β-glucopiranosa a través de enlaces β-1,4-O-glucosídicos. Por hidrólisis de la glucosa.

La estructura de la celulosa se puede observar de la siguiente manera:

En cuanto a la viscosa, se caracteriza por unas líneas longitudinales llamadas estrías. La sección transversal es una forma circular de bordes aserrados.
La forma de las fibras se debe a la presencia de sulfato de zinc en el baño de hilatura y a la pérdida de líquido de la superficie de la fibra durante la coagulación. La forma dentada es una ventaja a la hora de absorber los tintes, de ahí su fácil coloración.

Su estructura puede verse así:

¿Es la viscosa respetuosa con el medio ambiente?

Para saber si la viscosa o el rayón son ecológicos, primero hay que conocer el material del que están hechos.

Antes de convertirse en un hilo continuo, la viscosa ha sido una madera, un algodón o incluso un árbol que lleva más de dos décadas transformando el CO2 en celulosa mediante la fotosíntesis. Dicho esto, se puede concluir que la viscosa es un tejido compuesto por partes nobles y naturales.

Por supuesto, se han añadido varios productos químicos en el proceso para su mejora, pero dependiendo del tipo de rayón esto puede ser más o menos ecológico.

Es cierto que se llama seda artificial, y se obtiene de forma artificial, pero sigue teniendo cierta cantidad de materiales naturales que le dan propiedades ecológicas. Es casi dos veces más absorbente que el algodón, y sus propiedades la hacen muy transpirable, brillante y bastante suave. Debido a ello, su uso y fabricación ha ido en aumento.

A pesar de ello, no se puede descartar que la mayor parte de la producción de viscosa actual utilice grandes cantidades de productos químicos tóxicos para convertir la materia prima en fibra. Además, si su suministro no está bien gestionado, la madera puede proceder de bosques viejos y amenazados, provocando la deforestación y la degradación de los bosques.

A pesar de ello, las prendas de rayón más puras se mantienen con el mayor número de productos nobles y naturales y con el menor número de productos químicos posibles, por lo que son prendas mayoritariamente ecológicas.

¿Cómo se produce el rayón o viscosa?

Su material principal es la celulosa, que proviene de fibras de madera o de algodón, y que se trata con hidróxido de sodio y luego se mezcla con disulfuro de carbono para formar xantato de celulosa, que luego se disuelve en más hidróxido de sodio. La viscosa resultante se extruye en un baño de ácido, ya sea a través de una ranura para hacer celofán, o a través de un pequeño agujero para hacer rayón.

El ácido vuelve a convertir la viscosa en celulosa.

En un primer momento, la celulosa se reduce a pulpa y, tras ser purificada, se extiende hasta adoptar la forma de una hoja. Tras el uso de diferentes sustancias químicas, que variarán según los distintos métodos utilizados, se producirá la solubilización. Como resultado de este primer tratamiento, se obtiene un líquido viscoso, que se vierte a través de una hilera.

Así se adquieren los característicos filamentos, que adoptan la consistencia deseada gracias a la evaporación del disolvente con el que se ha tratado la celulosa, o mediante baños de coagulación. Una vez secos, los filamentos se retuercen, quedando listos para el proceso de hilatura.

El proceso de fabricación varía en función del procedimiento utilizado, que es diferente según la fábrica y los productos químicos o aditamentos que se quieran utilizar, dependiendo de que se llame rayón, viscosa, acetato de celulosa o Bemberg.

El proceso de fabricación estándar es el siguiente:

  • Primero se adquiere la celulosa: Para comenzar con el proceso de elaboración de viscosa o rayón es necesario primero adquirir la celulosa a procesar.
  • Inmersión: La celulosa se disuelve en álcali cáustico o sosa cáustica.
  • Presión: La solución se presiona mediante grandes rodillos de prensado, que eliminan el exceso de líquido.
  • Se produce una pasta blanca: Las placas prensadas se rompen o trituran para producir lo que se conoce como pasta blanca.
  • El resultado es una pasta envejecida: Esto se consigue exponiendo la pasta blanca a los efectos del oxígeno.
  • Xantación: La pasta blanca envejecida se mezcla con disulfuro de carbono (CS2) en un proceso conocido como xantantación.
  • Se produce la pasta amarilla: El proceso de canto modifica la composición de la mezcla de celulosa dando lugar a otra pasta llamada pasta amarilla.
  • Se obtiene finalmente la viscosa: La pasta amarilla se disuelve en una solución cáustica para formar la famosa viscosa.
  • Se madura el producto: La viscosa se deja reposar durante un tiempo hasta que esté suficientemente madura.
  • Filtración tras la maduración: Después de la maduración, la viscosa se filtra para eliminar cualquier partícula que no se haya podido disolver.
  • Desgasificación: Se ejerce presión para eliminar cualquier burbuja de aire que quede en la viscosa.
  • Extrusión: La solución de viscosa se extruye a través de un molde con agujeros muy pequeños.
  • Se realiza un baño de ácido: Cuando la viscosa se extrae del molde perforado, se sumerge en ácido sulfúrico y se mantiene allí, tras lo cual se obtienen los filamentos de rayón.
  • Estiramiento: Los filamentos resultantes se estiran para fortalecer las fibras.
  • Se lava finalmente: Las fibras estiradas se lavan para eliminar cualquier residuo químico. Si el resultado que se quiere producir son filamentos, el proceso se detiene en este paso, de lo contrario se continúa con el entretejido para formar tejidos.

Usos de la viscosa o rayón

En un principio, la viscosa se utilizaba para recubrir tejidos, lo que resultó bastante adecuado ya que mejoraba mucho el recubrimiento. Sin embargo, cuando Charles Frederick Cross y sus colegas intentaron fabricar objetos sólidos, como los mangos de los paraguas, comprobaron que era demasiado frágil.

Se continuó con el desarrollo de la tecnología de la viscosa y, posteriormente, con la producción de hilos para bordados y decoración. Finalmente, con la incorporación de Samuel Courtauld & Co. al negocio en 1904, la fabricación de viscosa adquirió importancia.

Pero con el tiempo el uso de la viscosa se fue reduciendo debido a los efectos contaminantes del disulfuro de carbono y otros subproductos químicos añadidos al proceso, lo que obligó a cerrar la fábrica de Bridgwater en 2005.

Hoy en día, el rayón se utiliza sobre todo en la fabricación de textiles (para prendas de vestir como blusas, vestidos, chaquetas o lencería), en la decoración de interiores (como colchas, mantas o cortinas), en la industria (para la producción de material quirúrgico, productos no tejidos o marcos de neumáticos) y para otros usos (como para la fabricación de productos de higiene femenina).

Para decirlo más claramente, se utiliza para:

  • Ropa: Accesorios de vestir como blusas, vestidos, chaquetas, ropa interior, sombreros, pantalones, camisetas, ropa deportiva, trajes elegantes, etc.
  • Decoración de interiores: colchas, mantas, cortinas, tejidos de tapicería, sábanas, fundas, manteles, etc.
  • En la industria: Para el recubrimiento de productos industriales (por ejemplo, rayón de alta tenacidad), el recubrimiento de productos médicos quirúrgicos, productos no tejidos o para el recubrimiento de neumáticos.
  • Otros usos: Para la fabricación de algunos productos de higiene femenina.

¿Tiene el rayón algún inconveniente?

Una de las desventajas de algunos tipos de rayón es su baja resistencia, especialmente en estado húmedo; además, es el que menos recuperación elástica tiene de todas las fibras. Sin embargo, el rayón HWM, o fibra modal, es mucho más resistente y duradero. El cuidado recomendado para el rayón normal se basa en su limpieza en seco. El rayón HWM, en cambio, se puede lavar a máquina.

En otras palabras, los inconvenientes comunes del rayón son su baja resistencia al agua (si no es rayón HWM), su delicadeza y su facilidad para arrugarse.

Pero estos inconvenientes se pueden controlar si se trata con delicadeza y cuidado, llevando siempre lo que dice la etiqueta para su lavado y conservación.

Si se trata con el debido cuidado, el rayón no presentará más inconvenientes que cualquier otra prenda elegante.

¿Cómo cuidar o tratar las prendas de rayón?

Las prendas de rayón forman un grupo de tejidos sintéticos. Su confección y materiales de fabricación hacen que las prendas íntimas y los artículos del hogar fabricados con este compuesto tengan un aspecto y tacto similar al del algodón y la seda, aunque dependiendo de su tipo pueden debilitarse y encogerse cuando se mojan, o pueden tener una durabilidad reducida según el tratamiento que se les dé.

También el tinte que han absorbido puede desprenderse rápidamente con un mal tratamiento, haciendo que se decoloren en poco tiempo. Así que el cuidado de este tipo de prendas de rayón o viscosa requiere un tratamiento especial, que puede seguirse en forma de pasos, que pueden ser fáciles para los que ya conocen el proceso.
En muchos casos las prendas de rayón no son muy duraderas, ya que son delicadas en algunos casos, y son muy sensibles al modo de lavado clásico actual, que hace que se encojan en la mayoría de los casos. Por eso es conveniente leer la etiqueta antes de entrar en la lavadora.

Con una guía detallada es más fácil saber cómo cuidar las prendas de rayón, por lo que seguir estos pasos podría aumentar su vida útil.

La forma correcta de lavar las prendas y accesorios de rayón

Lo primero y más importante es leer la etiqueta de la prenda incluso antes de comprarla, para saber si podrá entrar directamente en la lavadora o si tendrá que lavar en seco.
No todas las prendas de rayón se pueden mojar, por ejemplo, las prendas de rayón normales no tienen una buena resistencia al agua, al contrario que las prendas de modal. Por lo tanto, es aconsejable comprobar primero la etiqueta para ver si es seguro meterlas en la lavadora. Si te indica lo contrario, debes tener en cuenta que a la hora de limpiarlas debes tener mayor cuidado para conservarlas.

Si la etiqueta indica que se pueden introducir en la lavadora, significa que están fabricados con rayón HWM, lo que hace que sea seguro mojarlos. Son recomendables para las personas que no tienen mucho tiempo o no quieren hacer un esfuerzo extra para limpiarlas, ya que pueden entrar en la lavadora junto con su ropa ordinaria y así ahorrar mucho tiempo. Esto también es posible si el rayón se ha mezclado con algún otro material resistente que proporcione resistencia al agua.

Sea cual sea el método de lavado, hay que tener en cuenta que el rayón es un material frágil y, por lo tanto, debe tratarse con cuidado, ya que, de lo contrario, puede desteñir, encogerse o incluso romperse mientras se limpia.

Más cuidado aún: La limpieza en seco

Si prefieres una prenda de rayón que no se pueda mojar de cualquier manera, pero no tienes tiempo o interés en limpiarla personalmente en seco, puedes considerar que hay centros que hacen el trabajo. Los centros de limpieza cuentan con profesionales que saben cómo tratar las prendas y accesorios de todo tipo, sólo hay que decirles que les den un cuidado extra. Y esto lo puedes considerar para cualquier prenda de rayón, incluso para el modal si quieres cuidarlos más.

Lo único que debes tener en cuenta es que los centros de limpieza pueden tener un costo elevado por la limpieza en seco dependiendo de la prenda y su extensión y cuidado. Así que debes considerar que, si la pieza es muy grande, como en el caso de las cortinas, el coste de la limpieza en seco podría ser mucho más de lo deseado.

Un poco más de consideraciones

Y si no tienes ese dinero extra para enviarlas al centro de limpieza, entonces puedes considerar reservar un poco de tiempo los fines de semana para lavarlas a mano. El esfuerzo es mayor, pero asegurará la durabilidad de la prenda, siempre que se haga a conciencia.

Si se opta por el lavado a mano, la etiqueta puede ser útil para conocer las consideraciones necesarias, ya que puede decir lo que se debe tener en cuenta. Un poco de detergente suave y agua a temperatura ambiente o tibia suele ser suficiente para mantener la suavidad de la prenda.

Los pasos a seguir, por si no se conocen, son realmente sencillos. Debes llenar una bañera o un recipiente grande con agua tibia y detergente suave. Para el detergente puedes preguntar en el centro donde consigas uno que sea adecuado para las prendas que requieren cuidados especiales.

Una vez preparada la bañera o el recipiente con la cantidad correcta de agua y detergente, debes remojar con cuidado la prenda y removerla en su interior, siempre con movimientos suaves y delicados, ya que algunas de estas prendas pueden debilitarse con el agua y romperse si se les aplican movimientos demasiado bruscos. Este proceso puede durar hasta cinco minutos, que serán suficientes para eliminar cualquier tipo de suciedad.

A continuación, se debe empapar con agua a temperatura ambiente lentamente hasta que se haya eliminado toda la espuma, tras lo cual se debe exprimir con extremo cuidado para no causar daños irreversibles.

Por último, se puede colgar la prenda al sol hasta que se seque completamente al aire libre, lo que debe hacerse cuando el cielo esté despejado para que los rayos del sol hagan su trabajo y no peguen olores desagradables a la prenda, lo que puede ocurrir si se deja secar en un día nublado y húmedo.

Se recomienda secar de esta manera y no con una secadora automática, ya que las secadoras pueden ser demasiado bruscas para el tejido de rayón y podrían desgarrarlo.

Medidas de alisado y planchado de las prendas de rayón

Hay que tener un cuidado extremo no sólo al lavar las prendas de rayón, sino también al plancharlas o alisarlas. Estos tejidos son delicados en todos los sentidos, y plancharlos de forma incorrecta podría encogerlos, desteñirlos o quemarlos.

Para planchar las prendas de rayón es aconsejable utilizar las temperaturas bajas de la plancha, ya que las configuraciones altas de la misma pueden quemar.

El método adecuado a la hora de realizar esta tarea es pasar la plancha en líneas rectas y levantarla inmediatamente para volver desde el punto de partida, no volver y avanzar de nuevo, como es habitual con otras prendas. Esto podría provocar mucha tensión en el rayón, por lo que se recomienda tener cuidado con este tipo de movimientos.

También hay que tener en cuenta que las prendas de rayón podrían sacar un poco de brillo al entrar en contacto con el calor de la plancha, por lo que se puede tener en cuenta a la hora de saber si se quiere planchar por la parte delantera para que conserve el brillo o por el otro lado para disimularlo a la hora de vestir.

También se puede considerar el uso de una barrera protectora sobre la prenda para evitar este brillo que deja el calor. Esto se consigue colocando otra prenda que haga de barrera, algo así como una toalla fina que soporte el contacto pero que deje pasar el calor para poder planchar el rayón.

Algunas personas suelen utilizar papel de aluminio, pero no es recomendable porque si no se hace con extremo cuidado el papel de aluminio podría sobrecalentarse y quemar el rayón.

Este método podría ser más tedioso y duradero, pero el resultado es igual de bueno y conservará la prenda durante más tiempo, por lo que el esfuerzo merece la pena.
Como última consideración, hay que tener en cuenta que algunas prendas de rayón no soportan mucha agua, por lo que es aconsejable no vaporizarlas para evitar que se encojan o pierdan su resistencia.

Un spray podría ahorrarte el planchado

Existen ciertos sprays antiarrugas que pueden evitar que tengas que planchar y se pueden aplicar a casi cualquier tejido. Son fáciles de conseguir y de aplicar, basta con extender la prenda de rayón sobre una tabla y aplicar el aerosol sobre toda la superficie, evitando estirar el tejido.
Aún así, debes leer las instrucciones del aerosol para saber si es seguro para las prendas de rayón, ya que no todos pueden aplicarse a todo tipo de tejidos.
Cuidado al colocar o guardar las prendas de rayón

Al guardar o colocar las prendas de rayón en el armario, tenga en cuenta que son delicadas y no deben tratarse de la misma manera que el algodón o cualquier otro material más resistente. Lo mejor es colgarlas en perchas en un armario, para que queden sueltas y libres. Si se dobla o se cuelga de lado, el rayón puede arrugarse o se puede hacer una raya que sólo se quita con la plancha, por lo que es mejor colgarlos correctamente.
Si no tienes perchas o espacio para colgarlas y debes doblarlas, debes tener en cuenta hacerlo por las líneas de costura, para que no se arrugue en zonas inadecuadas.

Y si la prenda de rayón es demasiado ancha, como en el caso de las cortinas o colchas, hay que doblarla con cuidado, porque no se pueden colgar. En estos casos sería recomendable hacerse con alguna caja de plástico para guardarla con seguridad, de forma que se pueda enrollar sin problemas en su interior. Al estar enrollada puede provocar arrugas, pero más ligeras que al estar doblada. Y si la prenda tiene líneas de costura anchas, puedes doblarlas para evitar arrugas o líneas adicionales.
Por último, si la prenda va a estar guardada durante mucho tiempo, puedes considerar cubrirla con una bolsa especial para evitar otros males que podrían causar daños irreversibles, como el polvo, las cucarachas o la humedad.

¿Es preferible una prenda de rayón o de seda?

La respuesta dependerá del gusto de cada persona. Una prenda de seda no se puede comparar en calidad, pero puede ser más cara. Una prenda de rayón, en cambio, proporciona el mismo tacto y elegancia a un precio menor.

Las prendas de rayón pueden ser delicadas, lo que puede ser el punto más negativo, pero con los cuidados adecuados pueden conservarse durante mucho tiempo y mantener su brillo y calidad, por lo que las prendas de rayón pueden ser un buen complemento en todos los sentidos: belleza, suavidad, brillo y tacto. Por todo ello puedes considerar optar por las prendas de rayón siempre que vayas a darles el tratamiento adecuado.

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