Descripción general
En este artículo, el autor explica la presentación clínica, la fisiopatología, el diagnóstico y el tratamiento del síncope por tos. Los pacientes con síncope por tos son predominantemente hombres de mediana edad, musculosos y con sobrepeso, que son o han sido fumadores y que tienden a abusar del alcohol. La gran mayoría de estos pacientes tienen tos crónica, ataques de tos severa y evidencia de enfermedad pulmonar obstructiva. El tratamiento del síncope por tos se centra en el tratamiento de la tos (p. ej., broncodilatadores y antitusígenos) y de las enfermedades subyacentes. El abandono del tabaco está estrechamente relacionado con la disminución de los síntomas y debe fomentarse enérgicamente. El pronóstico a largo plazo del síncope por tos depende en gran medida del pronóstico de la enfermedad subyacente, pero el síncope por tos en sí mismo puede provocar lesiones corporales graves, incluida la disección de la arteria vertebral.
Puntos clave
Los pacientes con síncope por tos son predominantemente hombres musculosos, obesos y de mediana edad que son fumadores o exfumadores y tienden a abusar del alcohol. |
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– Varios procesos fisiopatológicos (no necesariamente excluyentes entre sí) pueden causar o contribuir a los síncopes relacionados con la tos, incluyendo la disminución del gasto cardíaco inducida por Valsalva, el aumento de la presión intracraneal, las arritmias cardíacas, estimulación de un seno carotídeo hipersensible, hipotensión-bradicardia mediada por el reflejo neural desencadenado por la tos, laringoespasmo, aumento de la obstrucción del flujo de salida del ventrículo izquierdo, impactación de una hernia del tronco cerebral, disminución del flujo sanguíneo cerebral, insuficiencia de la válvula de la vena yugular interna y, raramente, convulsiones. |
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– El tratamiento del síncope por tos se centra en el tratamiento de la tos (p. ej., broncodilatadores y antitusígenos) y en las afecciones subyacentes, pero la función cardíaca, la presión arterial, el volumen sanguíneo, los cambios mediados por reflejos y la permeabilidad vascular extracraneal pueden requerir un tratamiento independiente. |
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– Dejar de fumar está estrechamente relacionado con la disminución de los síntomas y debe ser fuertemente alentado. |
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– El pronóstico a largo plazo del síncope por tos depende en gran medida del pronóstico de la enfermedad subyacente, pero el síncope por tos en sí mismo puede provocar lesiones corporales graves, incluida la disección de la arteria vertebral. |
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Nota histórica y terminología
Aunque aparentemente conocido por el médico británico William Heberden (1710 a 1801) a finales del siglo XVIII (Heberden 1802), El neurólogo francés Jean-Martin Charcot (1825 a 1893) describió claramente por primera vez el síncope de la tos en la década de 1870 y lo denominó «vértigo laríngeo» (Charcot 1876; Charcot 1879).
Charcot atribuyó los síntomas a una irritación refleja de los nervios laríngeos. Los autores posteriores atribuyeron generalmente los síntomas a la «epilepsia laríngea» hasta que alrededor de la Segunda Guerra Mundial el médico militar británico Sir Alan Filmer Rook (1892 a 1960) y otros sugirieron mecanismos cardiovasculares (Whitty 1943; Rook 1946). En esa época, Rook era vicemariscal del aire en la Real Fuerza Aérea y médico honorario del rey de Inglaterra.
Este artículo se centrará en el síncope por tos; el síncope por hipo (Funakawa y Terao 1998) y el síncope por estornudo (Corbett et al 1976) son afecciones menos comunes pero estrechamente relacionadas que aparentemente operan mediante mecanismos fisiopatológicos similares.
El síncope por tos es uno de los llamados síncopes situacionales, que se producen inmediatamente después de situaciones precipitantes, como orinar, defecar, toser o tragar (Brignole 2005). Por lo general, estos síncopes situacionales se consideran formas de síncope mediado neuralmente con vasodilatación o bradicardia mediada por reflejos (Brignole 2005; Grubb 2005), pero también pueden intervenir otros mecanismos.