¿Qué es el síndrome de wobbler?

El síndrome de wobbler es el término común para describir una marcha que se observa en los perros con compresión de la médula espinal en el cuello, donde a menudo dan pasos cortos o «flotantes» con las extremidades delanteras y tienen una marcha oscilante o «tambaleante» en las extremidades traseras.

Hay dos formas principales de síndrome de wobbler. La primera se llama mielopatía estenótica cervical. Se produce en perros jóvenes de razas gigantes, como el gran danés, el mastín y el perro de montaña de Berna. Las vértebras del cuello tienen una forma cuadrada, de reloj de arena o triangular en el centro, lo que ejerce presión sobre la médula espinal a su paso. La médula espinal pierde su forma redonda normal con el tiempo. Los perros con esta forma de síndrome de bamboleo suelen mostrar signos a una edad temprana (de unos meses a un par de años) y empeoran lentamente con el tiempo. Los estudios sugieren que la nutrición podría ser un factor en la enfermedad del wobbler: las dietas con alto contenido en proteínas, calcio y fósforo aceleran el crecimiento, lo que puede contribuir a los cambios esqueléticos que se observan en los perros con síndrome de wobbler.

La segunda forma de síndrome de wobbler se produce en perros de mediana y avanzada edad y suele estar causada por un disco intervertebral abultado crónico, que ejerce lentamente presión sobre la base de la médula espinal. Esta forma de síndrome de wobbler se ve comúnmente en perros de razas grandes, como el Doberman Pinscher, el Labrador Retriever y el Dálmata.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome de wobbler?

Los signos clínicos suelen ser de aparición lenta y gradual. Algunos perros parecen empeorar repentinamente si tienen un traumatismo en la médula espinal durante el ejercicio o tienen un segundo problema de la médula espinal, como una hernia de disco repentina. La falta de coordinación en las extremidades posteriores es el síntoma más común. Los perros caminan con las patas más separadas, se balancean de lado a lado y dan zancadas más largas. La afectación de las extremidades delanteras puede variar mucho en función de la anomalía y la gravedad del caso. Algunos perros no presentan síntomas clínicos en las extremidades delanteras, mientras que otros tienen una marcha rígida de zancada corta o flotante en las extremidades delanteras. Algunos perros tienen dificultades para darse la vuelta y cruzan las extremidades delanteras una sobre otra al girar. Algunos perros parecen tener dolor en el cuello y son reacios a doblar el cuello hacia abajo o a girar el cuello de un lado a otro.

¿Cómo se diagnostica el síndrome wobbler?

Las radiografías simples de la columna cervical pueden mostrar una proliferación ósea anormal en los huesos del cuello que sugiere una mielopatía estenótica cervical. Se requieren imágenes avanzadas, como una mielografía/tomografía computarizada o una resonancia magnética, para obtener imágenes de la médula espinal y caracterizar el grado de compresión de la médula espinal. En muchos casos, se utilizan vistas flexionadas y extendidas del cuello para determinar si el grado de compresión de la médula espinal empeora cuando se pone el cuello en posición flexionada. Es común que los perros con mielopatía estenótica cervical tengan una compresión de la médula espinal en múltiples vértebras del cuello.

¿Cuál es el tratamiento para la enfermedad de wobbler?

Los dos tratamientos principales para la enfermedad de wobbler son el manejo médico y la cirugía. El manejo médico normalmente implica la restricción de la actividad y el tratamiento, con un curso de corticosteroides para reducir la inflamación de la médula espinal asociada a la compresión. Aunque muchos perros mejoran inicialmente con los corticoides, la mayoría de ellos vuelven a empeorar cuando se reducen o se suspenden los corticoides. El tratamiento médico solo suele recomendarse en perros de edad avanzada con signos clínicos leves o en perros con compresión de la médula espinal en múltiples localizaciones (más de tres o cuatro vértebras) que podrían no ser buenos candidatos quirúrgicos.

La cirugía se recomienda en perros con signos progresivos que no responden al tratamiento médico. Los enfoques quirúrgicos en perros con enfermedad de wobbler difieren dependiendo de la causa subyacente de la compresión de la médula espinal. En los perros jóvenes con mielopatía estenótica cervical, se realiza una cirugía llamada «laminectomía dorsal» para ampliar el canal vertebral estrechado. Este procedimiento consiste en llegar desde la parte superior de la columna vertebral. Las laminectomías dorsales suelen realizarse en uno o tres espacios vertebrales, dependiendo de dónde se haya producido la compresión de la médula espinal. En los perros con enfermedad de wobbler secundaria a un disco abultado crónico, se realiza una «ranura ventral» para eliminar el material del disco.

¿Cuál es el pronóstico de un perro con wobbler?

El pronóstico de un perro con enfermedad de wobbler depende en gran medida de la gravedad de la malformación y de la cantidad de compresión de la médula espinal. Los perros que están gravemente afectados hasta el punto de ser incapaces de ponerse de pie o caminar tienen un pronóstico reservado incluso con la intervención quirúrgica. Algunos de estos perros podrán caminar con la cirugía, sin embargo, a menudo requieren meses de fisioterapia y siempre mantienen una marcha anormal. Los perros que tienen una descoordinación leve tienen muchas más posibilidades de recuperación.

El objetivo de la cirugía es detener la progresión de los signos clínicos. Debido a que la compresión de la médula espinal ha estado ocurriendo durante un largo período de tiempo, normalmente hay un daño permanente en la médula espinal. La mayoría de los perros nunca caminan normalmente, incluso con la cirugía, sin embargo, muchos mejorarán para poder tener una buena calidad de vida. El tratamiento de la enfermedad de wobbler requiere propietarios muy dedicados con capacidad para realizar los cuidados postoperatorios intensivos y la fisioterapia.

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