Recuerde, Dios veló por Su Palabra para realizarla (Jeremías 1:12). Él hace lo que su Palabra dice, y no vuelve a Él vacía (Isaías 55:11). Así que una vez que tus palabras -respaldadas por la fe- coincidan con las palabras de Dios, ¡verás cómo se manifiesta la sanidad en tu vida!
Padre, vengo con valentía ante Tu trono para obtener la gracia que me ayude en tiempos de necesidad. Tengo confianza en Tu Palabra, y me aferro a Tus promesas de sanarme. Según Isaías 53:5 y 1 Pedro 2:24, resisto la enfermedad y la dolencia. Hablo con mi boca y creo en mi corazón que estoy curado de toda enfermedad y dolencia.
Tu Palabra dice que Jesús llevó todas mis enfermedades y dolencias, y cargó con mis penas, por lo que ahora recibo la curación. Sé y declaro que Jesús es mi Sanador. Te doy todas las alabanzas por proveer todo lo que necesito para caminar en plenitud.
Gracias por satisfacerme con una larga vida. Padre, estoy agradecido porque Tú no haces acepción de personas. Lo que haces por uno, lo harás por todos los que piden y creen por fe.
Satanás, te declaro en el Nombre de Jesús que no tienes autoridad sobre mí. De acuerdo con Mateo 18:18, te ataré para que no operes contra mí de ninguna manera. Mi vida está escondida en Cristo. No tienes poder para traer ninguna parte de la maldición sobre mí. Tomo mi posición como alguien que ha sido redimido de la maldición. Así que debes huir ahora. Tomo mi lugar en Dios y te resisto.
Ahora Padre, te adoro. Te doy reverencia. Confieso con mi boca que Tu Palabra no volverá a Ti vacía. Te alabo por Tu protección y por Tu bondad sobre mi vida. Te agradezco que Satanás es incapaz de penetrar eso. Gracias por traerme la curación total. Tu Palabra dice que todo lo que pida en el Nombre de Jesús será hecho para mí. Así que declaro que esto está hecho. Mi curación es completa. Amén.