Sarcoma de Kaposi

El sarcoma de Kaposi (SK) es un tumor angioproliferativo asociado al virus del herpes humano tipo 8 (HHV-8).1,2 Se han descrito cuatro variantes (Tabla 1).

Tabla 1.

Epidemiología y características clínicas de los diferentes tipos de sarcoma de Kaposi.

Sitio

Sarcoma de Kaposi clásico Sarcoma de Kaposi endémico Sarcoma de Kaposi asociado al VIH.Kaposi Sarcoma Immunosupresión-Sarcoma de Kaposi asociado al VIH
Edad > 60 años 30-45 años 20-50 años 60 años
Grupos de riesgo Descendencia mediterránea y judía Población africana Infección por VIH y HSH Transplantados, enfermedades autoinmunes
Piernas Piernas Cefálica, oral, visceral Las extremidades
Manifestaciones extracutáneas Infrecuentes A menudo linfoadenopáticas Frecuentes Posibles
Salida Curso indolente Progresivo Agente, puede retrasarse con terapia antirretroviral Variable, puede remitir con la disminución de la inmunosupresión

Abreviaturas: HSH, hombres que tienen sexo con hombres; SK, sarcoma de Kaposi.

Sarcoma de Kaposi clásico. Se trata de un tumor infrecuente que suele afectar a los hombres1,3 de la región mediterránea o centroeuropea, con una incidencia de entre 0,18 y 13,2 casos/millón.4 Se presenta con mayor frecuencia en hombres con edema crónico de piernas, diabetes mellitus y usuarios de corticosteroides. Las lesiones se presentan como placas o nódulos eritemato-violáceos únicos o múltiples de crecimiento lento, en raras ocasiones asociados a linfedema en las extremidades y afectación gastrointestinal y ganglionar. Tiene un curso clínico indolente, y el 2% de los pacientes mueren por enfermedad diseminada.

Sarcoma de Kaposi endémico. Esta variante se ha notificado en el África ecuatorial y afecta a adultos jóvenes e individuos prepúberes. En los adultos, la variante sigue un curso indolente o agresivo, con afectación del tejido subcutáneo y óseo, mientras que en los niños se manifiesta de forma agresiva con afectación generalizada de los ganglios linfáticos, afectación de órganos internos y ausencia de lesiones cutáneas (o limitadas).5

Sarcoma de Kaposi asociado a inmunosupresión (variante iatrogénica). Esta variante se ha notificado en pacientes en tratamiento con inmunosupresores y en receptores de trasplantes en particular. Se estima que el riesgo de desarrollar el sarcoma de Kaposi es entre 150 y 200 veces mayor que en la población general, con un tiempo medio de aparición de 18 meses.6

Sarcoma de Kaposi asociado al VIH (variante epidémica). Esta variante se ha notificado en hombres con infección por el VIH que tienen relaciones sexuales con hombres (HSH-VIH+). Antes de la era del tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA), se calculaba que el 25% de los HSH-VIH+ desarrollarían SK, aunque este porcentaje ha ido disminuyendo progresivamente2,7 (Figs. 1 y 2). Estos pacientes pueden presentar afectación de la piel y las mucosas, los ganglios linfáticos, el tracto gastrointestinal, los pulmones, el bazo y el hígado.7 También se ha descrito el SK en HSH-VIH, en este caso con un curso indolente.8

Sarcoma de Kaposi en un paciente con síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Placas eritemato-violáceas en la punta de la nariz, la comisura de la boca y la mejilla izquierda.
Figura 1.

Sarcoma de Kaposi en un paciente con síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Placas eritemato-violáceas en la punta de la nariz, comisura de la boca y mejilla izquierda.

(0.04MB).

Sarcoma de Kaposi clásico en las piernas. Placas eritematosas de color marrón en la pierna.
Figura 2.

Sarcoma de Kaposi clásico en las piernas. Placas eritematosas de color marrón en la pierna.

(0.06MB).

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza clínicamente, pero se recomienda obtener confirmación mediante biopsia. El estudio histológico revela células fusiformes, proliferación de vasos irregulares con formas de hendidura, extravasación de hematíes e infiltrado leucocitario con células plasmáticas y glóbulos hialinos intra y extracelulares en todo el espesor de la dermis, así como el llamado signo del promontorio (Fig. 3). La reacción en cadena de la polimerasa y la tinción inmunohistoquímica para el antígeno nuclear asociado a la latencia (LANA-1) del virus HHV-8 son positivas.1

Histología del sarcoma de Kaposi. A, Vista de bajo aumento del sarcoma de Kaposi en fase nodular. Nódulo dérmico bien definido. B, Lesión muy celular con algunos huecos en forma de grietas. C, Detalle de células fusiformes y glóbulos rojos dentro de los pequeños vasos. D, Positividad nuclear inmunohistoquímica para HHV-8 específica del sarcoma de Kaposi.
Figura 3.

Histología del sarcoma de Kaposi.

A, Vista de bajo aumento del sarcoma de Kaposi en fase nodular. Nódulo dérmico bien definido.

B, Lesión muy celular con algunos huecos en forma de grietas.

C, Detalle de células fusiformes y glóbulos rojos dentro de los pequeños vasos.

D, Positividad nuclear inmunohistoquímica para el HHV-8 específico del sarcoma de Kaposi.

(0.56MB).

Estadística y pruebas complementarias

Sarcoma de Kaposi clásico. Teniendo en cuenta la presentación clínica (edad, afectación local, infrecuente afectación de órganos internos y curso indolente), es suficiente la exploración de la piel y los ganglios linfáticos. Se realizan pruebas complementarias si el paciente presenta síntomas de compromiso visceral.5

Sarcoma de Kaposi asociado a inmunosupresión. Al igual que en el caso del SK asociado al VIH que se comenta más adelante, no existe una estadificación consensuada para el SK asociado a la inmunosupresión. Dada la falta de consenso, las pruebas y los criterios aplicables recomendados suelen ser los mismos que para el SK asociado al VIH.

Sarcoma de Kaposi asociado al VIH No existe un sistema de estadificación aceptado para esta variante. Se recomienda la realización de una radiografía de tórax y, en caso de anomalías sugestivas de compromiso respiratorio, se debe realizar una broncoscopia o una tomografía computarizada de tórax. También se recomienda descartar la presencia de sangre oculta en heces; si esta prueba es positiva, debe realizarse una endoscopia digestiva.

En 1989, el Comité de Oncología del Grupo de Ensayos Clínicos sobre el SIDA propuso una estadificación (Tabla 2) basada en la extensión de la enfermedad, el recuento de células CD4T y el compromiso sistémico (infecciones oportunistas, síntomas B como fiebre, pérdida de peso o diarrea persistente y un estado de rendimiento de Karnofsky inferior a 70 puntos). Un análisis prospectivo demostró que estas variables estaban relacionadas con la supervivencia de los pacientes, siendo los factores asociados a un buen pronóstico la enfermedad limitada, el recuento de linfocitos CD4 superior a 150 células/mm3 y la ausencia de compromiso sistémico.9

Tabla 2.

Estadística propuesta por el Comité de Oncología de los Grupos de Ensayos Clínicos del SIDA.

Buen pronóstico (0)
Pronóstico malo (1)
Tumor Tumor sólo encontrado en la piel o en los ganglios linfáticos, o afectación oral mínima Tumor que causa o ulceración
Afectación oral grave
Las lesiones del SK en el tracto gastrointestinal
Las lesiones del SK en órganos internos distintos de los ganglios linfáticos
Imunidad CD4 ≥ 200/μL CD4 200/μL
Enfermedades sistémicas Sin infecciones oportunistas ni aftas
Sin síntomas B
Estado de rendimiento de Karnofsky ≥ 70
Infecciones oportunistas o aftas
Estado de rendimiento B 70
Otras enfermedades asociadas al VIHenfermedades asociadas al VIH (por ejemplo, enfermedad neurológica o linfoma)

Abordancia; KS, sarcoma de Kaposi.

a

Fiebre prolongada, sudoración nocturna, pérdida de peso superior al 10% o diarrea de más de 15 días.

Estas propuestas de estadificación se plantearon antes de que la TARGA estuviera disponible y no incluyen la carga viral, por lo que la aplicación de este sistema de estadificación se ha limitado a los ensayos clínicos.

TratamientoSarcoma de Kaposi clásico

Existen pocos ensayos clínicos comparativos de los diferentes tratamientos para el SK clásico. Se suelen utilizar los mismos fármacos y regímenes que se aplican para el SK epidémico (Tabla 3).

  • Las lesiones solitarias.

  • Observación clínica. Dada la edad de los pacientes y la baja mortalidad, el seguimiento sin tratamiento puede ser una opción. En caso de linfedema, se recomienda la compresión elástica.10

  • Radioterapia local. La radioterapia de baja energía (100kV: 8Gy en una sola aplicación o 20-30Gy como dosis fraccionada) es eficaz para las lesiones aisladas.10 En un análisis retrospectivo de 68 pacientes tratados con radioterapia, se observó una buena respuesta en el 85% de los pacientes, con respuesta completa en el 58% y mejoría de los síntomas en el 95%.3

  • Excisión quirúrgica. En el caso de las lesiones que causan molestias, como las de las zonas acrales, se recomienda la cirugía. En un estudio de lesiones extirpadas quirúrgicamente, se observó que los pacientes no tuvieron recaídas durante una media de 15 meses después del tratamiento.3

  • Crioterapia. La crioterapia puede utilizarse en lesiones solitarias que miden ≤1cm, especialmente en las regiones acrales, con aplicaciones que duran de 30 a 60 segundos. Tanto la cirugía como la crioterapia tienen la ventaja de que pueden repetirse con buenos resultados.

  • Terapia intralesional. El tratamiento intralesional con vinblastina (0,2mg/mL cada 2 semanas), vincristina (0,03-0,08mg) o interferón alfa (3-5MIU/3 veces por semana durante 4-5 semanas),10 la aplicación tópica de alitretinoína 0,1% en gel (lesiones maculares) o imiquimod 5% en crema (3 veces por semana durante 24 semanas)10 son tratamientos recomendados en la literatura, aunque la experiencia con estos regímenes es limitada.5

  • Enfermedad diseminada

  • Doxorrubicina liposomal pegilada (PLD) (20mg/m2 cada 3 semanas). La PLD es el tratamiento de elección excepto en pacientes con cardiopatía. La respuesta es buena o excelente, con respuestas parciales (disminución del 50% en el número de lesiones tumorales) o completas que duran 25 meses en más del 70% de los pacientes.11 La duración de la quimioterapia no está bien establecida, aunque se recomienda mantener el tratamiento durante 1-2 ciclos después de la respuesta clínica. El tratamiento con PLD es generalmente bien tolerado, con efectos secundarios limitados, y es menos cardiotóxico que el tratamiento con compuestos tradicionales. Por lo tanto, pueden administrarse dosis acumuladas más altas y tratamientos más prolongados. Las toxicidades más graves (grados 3 y 4) son infrecuentes e incluyen la neutropenia y la anemia.12

  • Vinblastina (3mg/m2/semana/intravenosa o 6mg/m2/2semana/iv). La vinblastina ofrece buenos resultados, con tasas de respuesta entre el 50% y el 90%, aunque puede producirse leucopenia.3,13

    Otras quimioterapias asociadas con altas tasas de respuesta, pero con efectos adversos incluyen paclitaxel iv (100mg/semana), bleomicina (15U/semana durante3 semanas y luego cada 3 semanas/intramuscular), y etopósido oral (100mg/día, 3-5 días a la semana).10 Sólo hay 1 ensayo clínico aleatorizado que ha comparado la vinblastina iv con el etopósido oral; no se encontraron diferencias significativas en la respuesta o la supervivencia, pero se informó de una mayor proporción de efectos adversos con el tratamiento con etopósido13.

Tabla 3.

Algoritmo de tratamiento del sarcoma de Kaposi.

Variante Tratamiento
KS clásico Tratamiento de elección Otras alternativas I. Lesiones solitarias o aisladas a. Considerar sólo la observación clínica.
b. Radioterapia local o escisión quirúrgica
Terapia intralesional
II. Enfermedad diseminada Doxorrubicina liposomal Vinblastina, paclitaxel, etopósido
Sarcoma de Kaposi asociado al VIH I. Lesiones solitarias o aisladas Iniciar HAART con o sin terapia local (radioterapia, escisión quirúrgica o crioterapia) HAART y terapia intralesional
II. Enfermedad diseminada HAART y doxorrubicina liposomal HAART con paclitaxel
KS iatrogénico (asociado a inmunosupresión) Suspender o reducir la dosis del inmunosupresor Seguir el régimen de tratamiento del KS asociado al VIHKS asociado al VIH

Abreviaturas: TARGA, terapia antirretroviral de gran actividad; SK, sarcoma de Kaposi

Sarcoma de Kaposi asociado al VIH

  • Las lesiones solitarias o limitadas

  • TARGA en monoterapia o asociada a terapia local (Fig. 4). La TARGA se administra como tratamiento inicial, dado que se ha demostrado que dichos agentes reconstituyen la función inmunitaria y disminuyen la incidencia y gravedad del sarcoma,2,7 con reducción o desaparición de las lesiones. En las lesiones sintomáticas y antiestéticas, la cirugía,14 la electrocoagulación o la crioterapia son opciones. Se puede considerar la vinblastina intralesional15 (0,2 a 0,3mg/mL, administrando 0,1mL por cada lesión de 0,5cm2) o la radioterapia de baja energía (100kV, dosis entre 8Gy/1fracción o 30Gy/10fracciones, más del 95% de respuesta clínica completa).16 La supervivencia libre de lesiones a los 5 años tras el tratamiento con TARGA, con o sin terapia local fue del 92% en una serie de más de 400 casos.14

    Algoritmo de tratamiento del sarcoma de Kaposi asociado al VIH. Abreviaturas: TARGA, terapia antirretroviral de gran actividad; SRI, síndrome de reconstitución inmunitaria. Adaptado del Grupo de Consenso para el tratamiento del sarcoma de Kaposi asociado al VIH. Reunión de consenso. Barcelona: Saned; 1998.
    Figura 4.

    Algoritmo de tratamiento del sarcoma de Kaposi asociado al VIH.

    Abstáculos: TARGA, terapia antirretroviral de gran actividad; SRI, síndrome de reconstitución inmunitaria.

    Adaptado del Grupo de Consenso para el tratamiento del sarcoma de Kaposi asociado al VIH. Reunión de consenso. Barcelona: Saned; 1998.

    (0.12MB).

  • Enfermedad diseminada

  • Se recomienda el tratamiento sistémico en aquellos pacientes tratados con TARGA y con afectación cutánea extensa (más de 15 a 25 lesiones), inflamación intensa, SK cutáneo que no ha respondido a la terapia local o que progresa rápidamente, SK asociado a síndrome de reconstitución inmune o afectación sintomática de órganos internos.

    • PLD (20mg/m2 cada 3 semanas). La TARGA y la PLD deben iniciarse al mismo tiempo,17 ya que la combinación es más eficaz que la TARGA sola.18 Se suelen administrar varios ciclos de tratamiento en función de la respuesta clínica. La respuesta completa/parcial se obtiene con la terapia combinada en un 80%,19 con una supervivencia a 5 años superior al 85%. Las recaídas son limitadas (13%) y se producen en el primer año tras finalizar el tratamiento.20 La respuesta de la PLD es mayor que la combinación de bleomicina, vincristina o vinblastina y doxorrubicina no liposomal,21 y daunorrubicina liposomal.22

    • Paclitaxel (100mg/m2 cada 2 semanas). El paclitaxel es un tratamiento de segunda línea con respuestas favorables en el 71% de los pacientes,23 pero con tasas de supervivencia inferiores a la DLP y tasas más altas de toxicidades de grado 3-5.14,24 Se requiere una premedicación con dexametasona y pueden producirse interacciones farmacológicas graves con los agentes antirretrovirales.

    • Otras terapias. También se han utilizado otros fármacos, como el etopósido, la vinorelbina, la interleucina12, el bevacizumab y el imatinib, pero la experiencia es limitada.5

    Sarcoma de Kaposi asociado a la inmunosupresión

    • Suspender el inmunosupresor o reducir la dosis. La suspensión o reducción de la dosis de inmunosupresor puede inducir remisiones espontáneas. Si esto es ineficaz o poco práctico, se suelen aplicar los enfoques utilizados en el SK asociado al VIH.5

    Conclusiones

    El SK es un tumor angioproliferativo con diferentes subtipos asociados a la edad avanzada, a ciertas poblaciones africanas, a la inmunosupresión iatrogénica o a la infección por el VIH. Aunque la terapia antirretroviral de alta potencia (HAART) ha conducido a una drástica disminución de la incidencia y gravedad del SK en individuos con infección por el VIH, es importante conocer las diferentes opciones terapéuticas según la variante del SK y su presentación clínica.

    Angiosarcoma cutáneo

    Los angiosarcomas representan entre el 1% y el 2% de todos los sarcomas, pero al menos la mitad son cutáneos.25,26 De los sarcomas cutáneos, el angiosarcoma es el cuarto más frecuente, por detrás del SK, el dermatofibrosarcoma y el leiomiosarcoma. El angiosarcoma cutáneo es una de las neoplasias cutáneas con peor pronóstico, con una supervivencia a los 5 años entre el 10% en las series más antiguas27 y el 30%-50% en las más recientes.25,28,29 Existen 3 variantes principales de angiosarcomas cutáneos Las lesiones idiopáticas en la cara y el cuero cabelludo de pacientes de edad avanzada (angiosarcoma de Wilson-Jones), variante que supone aproximadamente el 50% de los angiosarcomas cutáneos, y 2 formas de angiosarcoma secundario, uno localizado en zonas de linfedema crónico, sobre todo en los brazos de mujeres sometidas a mastectomía radical (síndrome de Stewart-Treves) y otro que se desarrolla sobre zonas de piel irradiada, sobre todo en la zona pectoral de mujeres sometidas a radioterapia tras un cáncer de mama (Fig. 5). Se trata de un sarcoma cutáneo muy agresivo con frecuentes recidivas locales y mal pronóstico.27,30 La única terapia potencialmente curativa es la cirugía con o sin radioterapia.

    Angiosarcoma. Pápulas y nódulos rojizos-violáceos sobre una placa eritemato-violácea en una mama previamente irradiada por cáncer.
    Figura 5.

    Angiosarcoma. Pápulas y nódulos rojizos-violáceos sobre una placa eritemato-violácea en una mama previamente irradiada por cáncer.

    (0.07MB).

    Epidemiología y diagnóstico clínico

    La incidencia de los angiosarcomas cutáneos es difícil de calcular, pero en su conjunto se registra una tasa de 0,4 casos por millón de habitantes en Estados Unidos.31 Los angiosarcomas cutáneos representan entre el 35% y el 60% de todos los angiosarcomas, con una incidencia aproximada de 0,2 casos por millón de habitantes. Predominan en pacientes de edad avanzada, con una edad media de 73 años. Estas lesiones son muy raras en niños o pacientes jóvenes. El angiosarcoma clásico de Wilson-Jones predomina en los hombres y después de la radioterapia en las mujeres.29 También afecta predominantemente a personas de raza blanca.25,29 La mayoría de los angiosarcomas idiopáticos se localizan en la cabeza y el cuello (62%), las lesiones postradiación predominan en el tronco (24%), especialmente en la zona pectoral (postradiación de la mama) y después del linfedema en las extremidades (11%). La mayoría de los angiosarcomas posradiación aparecen tras la radioterapia por cáncer de mama32 , pero hay casos en otras zonas irradiadas y no sólo por procesos malignos. El tiempo de latencia entre la radioterapia y el desarrollo del angiosarcoma es variable, con una media de 5 años para las zonas de mama y de 10 años para las demás zonas. Los angiosarcomas debidos a linfedema se producen predominantemente en zonas de linfedema crónico en los brazos de mujeres sometidas a mastectomía radical (síndrome de Stewart-Treves),33 pero se han descrito casos de lesiones sobre linfedema de cualquier etiología. El tiempo que transcurre entre la presentación del linfedema y el desarrollo de los angiosarcomas es muy variable, entre 1 año y 30 años.

    La forma inicial más característica es una lesión parecida a un hematoma, a veces edematosa, con una frecuencia poco definida, que suele pasar desapercibida inicialmente, sobre todo en el cuero cabelludo de los pacientes con pelo.34 En el caso del angiosarcoma de cabeza y cuello, la verdadera extensión de la lesión puede apreciarse mejor si el paciente mantiene la cabeza por debajo del nivel del corazón durante unos segundos. Esta maniobra hará que la parte subclínica se haga más visible al adquirir un tono violáceo y un aspecto edematoso.35 Más adelante en el curso clínico, aparecen pápulas y nódulos, ocasionalmente con ulceración y hemorragia en fases avanzadas. Algunos casos se presentan directamente con pápulas y nódulos sin apenas fase previa de hematoma. El tamaño medio en el momento del diagnóstico es de 3-5 cm.28,29 Los angiosarcomas pueden aparecer como un tumor solitario o multifocal y la lesión suele extenderse más allá de los límites clínicamente apreciables. La sospecha clínica de angiosarcoma cutáneo debe confirmarse mediante biopsia.

    Diagnóstico histológico

    Los 3 tipos de angiosarcoma cutáneo tienen características histopatológicas que se solapan. Los angiosarcomas bien diferenciados muestran luces vasculares revestidas por células endoteliales aplanadas, disección de haces de colágeno, con atipia celular limitada. El diagnóstico histológico es complejo en estas fases y es útil reconocer unos endotelios con células prominentes, pleomórficas, con núcleos hipercromáticos que tienden a sobresalir y a crear unas papilas, con varias capas de células endoteliales en las luces vasculares.36,37 Los conductos vasculares son irregulares y tienden a formar canales anastomosados (Fig. 6). En los casos peor diferenciados, las células tumorales son epitelioides o fusiformes, con marcada atipia y abundantes mitosis y un patrón de crecimiento más sólido con pocas luces vasculares, de manera que pueden confundirse con carcinomas o incluso con melanomas o fibrosarcomas. La presencia de vacuolas intracitoplasmáticas como expresión de diferenciación vascular primitiva puede ser muy útil para sospechar el diagnóstico correcto en estos casos. La infiltración en el caso de los angiosarcomas indiferenciados es muy destructiva y los componentes normales de la dermis y los apéndices cutáneos desaparecen. Un infiltrado inflamatorio en forma de parches suele acompañar el proceso y este infiltrado puede ser a veces tan denso que se asemeja a un linfoma.38 La extensión de los glóbulos rojos y la hemosiderina que lo acompañan es muy variable. A menudo pueden encontrarse diferentes grados de diferenciación en el mismo angiosarcoma. La epidermis puede ser normal, atrófica o ulcerada. Tradicionalmente no se ha considerado que el grado de diferenciación de los angiosarcomas cutáneos tenga un impacto en el pronóstico, por lo que, a diferencia de otros sarcomas, el grado histológico no se tiene en cuenta para la estadificación.39 Este enfoque puede cambiar en el futuro, ya que un estudio reciente con la mayor serie de angiosarcomas cutáneos y angiosarcomas de partes blandas publicada hasta la fecha, con 821 pacientes, desarrolló un modelo de pronóstico para el survial que incluía el grado histopatológico.25

    A, Inmunohistoquímica de angiosarcoma cutáneo positivo para ERG (típicamente con un patrón nuclear). B, Angiosarcoma con predominio de áreas con patrón vasoformativo. C, D, Imágenes detalladas de las células endoteliales neoplásicas, que en este caso son prominentes pero sin atipias destacables.
    Figura 6.

    A, Inmunohistoquímica de angiosarcoma cutáneo positivo para ERG (típicamente con patrón nuclear). B, Angiosarcoma con predominio de áreas con patrón vasoformativo. C, D, Imágenes detalladas de las células endoteliales neoplásicas, que en este caso son prominentes pero sin atipias destacables.

    (0.71MB).

    El estudio del angiosarcoma debe completarse con un panel inmunohistoquímico que incluya un panel básico para tumores de células fusiformes (CD31, pancitoqueratinas, S110 y actina) y marcadores vasculares adicionales (CD34, gen relacionado con la transformación específica de los eritroblastos , podoplanina). Algunos casos de angiosarcoma con predominio de células epitelioides pueden ser positivos para las citoqueratinas; sin embargo, la positividad para marcadores vasculares como CD31, ERG y/o podoplanina puede descartar un carcinoma indiferenciado. En los últimos años, se ha demostrado que muchos angiosarcomas presentan amplificación/sobreexpresión de MYC. En la mayoría de los estudios, la amplificación de MYC se encuentra entre el 50% y el 100% de los angiosarcomas secundarios, pero no generalmente en los idiopáticos,40-42 pero también se ha detectado amplificación o sobreexpresión de MYC en algunos angiosarcomas idiopáticos.43,44 Sin embargo, casi todos los estudios han demostrado la ausencia de amplificación o sobreexpresión de MYC en proliferaciones vasculares atípicas postradiación, por lo que la positividad en un caso dudoso de proliferación vascular en la zona irradiada casi descarta el angiosarcoma.

    El origen del angiosarcoma en los vasos sanguíneos o linfáticos está sujeto a debate. La expresión de CD31 o CD34 es mayor en las zonas más diferenciadas, pero en ninguno de los dos casos es constante.45 Los marcadores inmunohistoquímicos relativamente específicos de los vasos linfáticos, como la podoplanina, el D2-40, el LYVE-1 y el PROX-1, suelen ser positivos en los angiosarcomas cutáneos, a menudo expresados con un patrón inmunohistoquímico mixto de vasos sanguíneos endoteliales y vasos linfáticos endoteliales.38,46,47 Aunque de forma excepcional, se han descrito casos de angiosarcomas cutáneos que expresan la proteína S-100,48 o marcadores neuroendocrinos.49

    Estadística

    Aunque no existen directrices para el manejo del angiosarcoma cutáneo, dado que el lugar más frecuente de metástasis es el pulmón50 seguido de los ganglios linfáticos,29,51 se suele recomendar la tomografía computarizada toracoabdominal tras el diagnóstico patológico. Este estudio de imagen debe incluir la región cervical en el caso de un angiosarcoma de cabeza y cuello y la pelvis en el caso de angiosarcomas abdominopélvicos postradiación. La presencia de diseminación regional o a distancia no es infrecuente en los angiosarcomas, y se reporta en el 30% y el 10% de los casos, respectivamente.29

    No existe una estadificación TNM específica para los angiosarcomas, por lo que se utiliza la estadificación TNM para sarcomas de tejidos blandos de la clasificación del American Joint Committee on Cancer, adaptada a los angiosarcomas. En el caso de los angiosarcomas, como actualmente no se considera que el grado histológico influya en el pronóstico, los estadios IA yIIA se agrupan en algunos estudios con los estadios IB yIIB, que en otros sarcomas se diferencian sólo por el grado histológico.

    Tratamiento

    El único tratamiento que ha demostrado ser potencialmente curativo en el angiosarcoma cutáneo es la cirugía, aunque la curación sólo se produce de forma esporádica. Sin embargo, en los casos inoperables o metastásicos, la radioterapia y/o la quimioterapia tienen un papel paliativo reconocido. Además, algunos estudios recientes han incluido también la radioterapia como coadyuvante de la cirugía en los casos localizados de angiosarcoma,50,51 e incluso algunos autores han recomendado irradiar los ganglios linfáticos regionales,52 pero no es una práctica habitual. El problema de la cirugía en el angiosarcoma cutáneo es, en ocasiones, el carácter multicéntrico y la mala delimitación clínica en otras, así como el hecho de que suelen diagnosticarse cuando las lesiones superan los 5 cm de tamaño. Además de estos factores, los pacientes suelen ser de edad avanzada, lo que dificulta la obtención de márgenes quirúrgicos adecuados. En general, si las características del tumor y el estado general del paciente lo permiten, el tratamiento del angiosarcoma cutáneo es la escisión quirúrgica con márgenes suficientes. Lo más aceptado es la cirugía con 3 cm de margen respecto a los límites clínicamente apreciables.53 La profundidad del margen no está bien establecida, dado que se trata de un sarcoma dérmico, aunque parece razonable alcanzar las fascias sin extirparlas. Sin embargo, en los casos más infiltrantes se debe incluir el músculo para conseguir márgenes claros. Los márgenes con afectación del angiosarcoma han demostrado ser un factor de mal pronóstico en varios estudios.28,30,51 En el caso de la afectación mamaria, la mayoría de los estudios sugieren la mastectomía total o escisiones más o menos amplias de la piel irradiada. En los casos complejos, el mapeo previo de la biopsia puede ayudar a la planificación prequirúrgica. Siempre que sea posible, en oncología cutánea, se prefiere el cierre directo, los injertos o los cierres de segunda intención para facilitar el seguimiento y no enmascarar la posible recidiva local con la reconstrucción quirúrgica, pero esto puede ser difícil o imposible después de escisiones más radicales de angiosarcomas mamarios que requieren mastectomía total con irradiación de toda la piel. En el caso de los angiosarcomas causados por linfedema, un estudio revisó los informes de 160 pacientes con síndrome de Stewart-Treves y encontró la ausencia de beneficio de la amputación en comparación con la cirugía radical (con 2 o 3 cm de margen) en estos casos, por lo que la amputación de las extremidades no parece estar justificada en dichos angiosarcomas54.

    En los casos en los que la cirugía es imposible, es decir las lesiones multicéntricas o extensas, o las que afectan a zonas que complican la cirugía, la radioterapia es el tratamiento de elección.55 La dosis de radioterapia para el angiosarcoma cutáneo suele ser de 60 Gy distribuidos en 20 sesiones de 3 Gy cada una. Cuando se utiliza como adyuvante de la cirugía, las dosis son similares, excepto cuando está indicada para angiosarcomas postradiación, en los que la dosis será habitualmente menor (45-50 Gy).

    El único papel de la quimioterapia en el angiosarcoma es como tratamiento paliativo, reservado para lesiones recidivantes o metastásicas no susceptibles de cirugía. Recientemente se ha propuesto también un papel neoadyuvante para la quimioterapia antes de la cirugía en las zonas periorbitales.56 Las quimioterapias más utilizadas en el angiosarcoma son el docetaxel,57,58 el paclitaxel,59 y la doxorrubicina liposomal,60 pero las directrices actuales de la NCCN también incluyen la vinorelbina, el sorafenib, el sunitinib y el bevacizumab, aunque los resultados con estos tres últimos agentes antiangiogénicos han sido decepcionantes. La combinación con betabloqueantes en esta fase del tratamiento paliativo puede suponer algún beneficio para el paciente.61,62

    Seguimiento

    No existen directrices estándar para el seguimiento de los angiosarcomas cutáneos. En nuestro grupo, tenemos un seguimiento clínico estrecho, con revisiones cada 3-6 meses durante los primeros años, y luego revisiones anuales durante 10 años. En estas visitas, examinamos toda la piel y palpamos los ganglios linfáticos territoriales correspondientes. Al menos una vez al año, realizamos un análisis de laboratorio y un estudio de tomografía computarizada toracoabdominopélvica.

    Conflictos de intereses

    Los autores declaran no tener conflictos de intereses.