Es fundamental comprender el desarrollo del sistema nervioso y sus diferentes etapas para entender los déficits que pueden surgir por un desarrollo cerebral anormal o ser causados por daños en edades tempranas. Dependiendo del momento en el que se produzcan estas anomalías o daños (durante el embarazo, el periodo perinatal o la infancia/niñez), la repercusión variará.
Algunos de los trastornos incluidos en esta clasificación pueden resolverse completamente con una intervención adecuada. Otros son crónicos, pero una intervención adecuada es, sin embargo, esencial porque es posible aliviar en mayor o menor medida, y en algunos casos posiblemente eliminar, las consecuencias negativas o los síntomas causados por el trastorno en cuestión.
* La discapacidad intelectual cumple todos los criterios para ser incluida en esta categoría, pero creemos que merece un apartado aparte.
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
Se caracteriza por presentar síntomas de inatención y/o impulsividad-hiperactividad. Aparecen subtipos en función de si el síntoma predominante es el déficit de atención, la hiperactividad-impulsividad, o ambos por igual.
Las principales manifestaciones de cada una de estas áreas son:
Inatención:
- Falta de atención a los detalles y cometer errores por descuido.
- Dificultad para mantener la atención en las tareas o en el juego.
- Se distrae fácilmente con estímulos extraños.
- Parece no escuchar cuando se le habla directamente.
- No sigue las instrucciones ni completa las tareas.
- Tiene dificultades para organizar las tareas y actividades.
- Evita, en la medida de lo posible, las tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
- Es descuidado en las actividades diarias.
- No puede permanecer sentado o se mueve con las manos y los pies.
- Se levanta en situaciones en las que debería permanecer sentado.
- Energía excesiva.
- Corre de un lado a otro o se sube excesivamente en situaciones inapropiadas (en los adultos, sensación de inquietud).
- Dificultad para jugar tranquilamente o participar con calma en actividades de ocio.
- Habla en exceso.
- Comienza a responder una pregunta antes de escuchar el final de la misma.
- Tiene dificultad para esperar su turno.
- Interrumpe o se entromete en las actividades de los demás.
Hiperactividad:
Impulsividad:
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Trastornos específicos del aprendizaje
Las habilidades cognitivas no son homogéneas en una misma persona, pero si tras un desarrollo adecuado existe un área especialmente deficitaria, estamos hablando de un problema específico en el aprendizaje caracterizado por un rendimiento académico sustancialmente inferior al esperado en relación con la edad cronológica de la persona, la medida de su inteligencia y la educación adecuada a su edad. Interfiere de forma significativa en el rendimiento escolar, dificultando el progreso adecuado y la consecución de los objetivos marcados en los distintos planes de estudio.
Trastorno de la lectura (dislexia)
Se caracteriza por una capacidad alterada para reconocer las palabras, una lectura lenta e insegura y una comprensión deficiente.
Trastorno de la escritura (disgrafía)
El problema puede estar en la escritura de palabras concretas o en la escritura en general.
Trastorno del cálculo (discalculia)
Las habilidades aritméticas básicas (suma, resta, multiplicación y división) se ven más afectadas que las habilidades matemáticas más abstractas (álgebra o geometría).
Trastornos de la comunicación
Este tipo de trastorno aparece cuando el desarrollo del lenguaje no sigue el patrón esperado o se producen déficits significativos en alguno de sus aspectos. Las características lingüísticas de cada trastorno varían en función de su gravedad y de la edad del niño.
Trastorno de la expresión
La capacidad de expresión oral está sustancialmente por debajo del nivel adecuado para la edad mental del niño. Las dificultades pueden darse tanto en el lenguaje verbal como en el corporal.
Sus principales características son: habla cuantitativamente limitada, vocabulario limitado, dificultad para adquirir nuevas palabras, errores de vocabulario o de recuerdo de palabras, oraciones excesivamente cortas, gramática simplificada, uso limitado de estructuras gramaticales y tipos de oraciones, omisiones de partes críticas de las oraciones, uso de un orden de palabras inusual y desaceleración en el desarrollo del lenguaje.
Trastorno de la comprensión
La capacidad de comprensión está notablemente por debajo del nivel apropiado para la edad mental del niño. La expresión también se ve significativamente afectada (esta condición se denomina comúnmente «trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo») porque el desarrollo del lenguaje expresivo se deriva de la adquisición de las habilidades receptivas.
Además de las características del trastorno de la expresión mencionadas anteriormente, en este trastorno se observa dificultad para comprender palabras, frases o tipos específicos de palabras. También puede haber un déficit en diferentes áreas del procesamiento auditivo (discriminación de sonidos, asociación sonido-símbolo, retención, recuerdo y secuenciación).
Trastorno del habla (dislalia)
Su principal característica es la incapacidad para utilizar los sonidos del habla que son apropiados para el desarrollo dada la edad y el lenguaje del niño.
Puede implicar errores en la producción, el uso, la representación o la organización de los sonidos, como la sustitución de un sonido por otro o la omisión de sonidos.
Tartamudez
Es la alteración de la fluidez normal y de la estructura temporal del habla dada la edad del paciente.
Se caracteriza por repeticiones o prolongaciones frecuentes de sonidos o sílabas. También puede haber interjecciones, fragmentación de palabras, bloqueos (audibles o silenciosos), circunloquios, palabras producidas con un exceso de tensión física y repetición de monosílabos.
No suele producirse durante la lectura oral, el canto o al hablar con objetos inanimados o animales.
Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Son un grupo de discapacidades del desarrollo que pueden causar problemas graves, e incluso crónicos, de socialización, comunicación y comportamiento.La forma en que se manifiestan estas alteraciones varía mucho de un niño a otro, de ahí que se hable de un «espectro» o «continuo de trastornos», lo que significa que hay diferentes formas en que aparecen los síntomas de este tipo de trastornos y la gravedad de los mismos varía de un caso a otro. El perfil clínico no es uniforme ni está absolutamente delimitado, sino que oscila entre el alto y el bajo nivel de afectación, varía con el tiempo y está influenciado por factores como el grado de capacidad intelectual asociado o el acceso a apoyos especializados.
Las personas con TEA procesan la información en su cerebro de forma diferente a los demás y se desarrollan a ritmos distintos en cada área. Presentan dificultades clínicamente significativas y persistentes en la comunicación social (marcada dificultad en la comunicación no verbal y verbal utilizada en las interacciones, falta de reciprocidad social y dificultad para desarrollar y mantener relaciones con los compañeros adecuadas a su nivel de desarrollo), comportamiento motor o verbal estereotipado, comportamiento sensorial inusual y excesiva adherencia a rutinas y patrones de comportamiento ritualistas e intereses limitados.
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