Informe de un caso

Una mujer de 20 años, sin antecedentes de problemas médicos, ingresó en el hospital el 4 de febrero de 2002, con una historia de 3 semanas de astenia, mialgia, fiebre baja, retención urinaria y visión borrosa. La exploración física mostraba debilidad de todas las extremidades, paresia de los miembros inferiores e hiperreflexia generalizada. El examen ocular mostró una papilitis bilateral y una neuritis óptica. La paciente recibió aciclovir (10 mg/kg, 3x/día) para la encefalitis clínica. A pesar de este tratamiento, su paresia aumentó durante su estancia en el hospital; estaba postrada en la cama y no podía sentarse sin apoyo. Los resultados de la tomografía computarizada craneal fueron normales. La resonancia magnética (RM) mostró una lesión focal en el tálamo izquierdo, un agrandamiento de la médula y múltiples lesiones en la sustancia blanca de la médula espinal. Estos hallazgos eran compatibles con una mielitis inflamatoria, pero no con una esclerosis múltiple. La paciente no presentaba ninguna anomalía inmunológica.

Después del ingreso, su primera muestra de líquido cefalorraquídeo (LCR) era clara con una presión de apertura elevada. Su análisis rutinario indicó 178 leucocitos/mm3, con un 90% de linfocitos. Los niveles de proteínas totales y glucosa eran de 0,77 g/L y 1,8 mmol/L, respectivamente. Todos los cultivos de LCR fueron negativos para organismos bacterianos y fúngicos. La muestra fue positiva para el ADN viral del HHV-6 mediante la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) (1) utilizando los cebadores H6.6 (5′-AAGCTTGCACAATGCCAAAAAACAG-3′) y H6.7 (5′-CTCGAGTATGCCGAGACCTAATC-3′) amplificando una secuencia diana de 223 pb localizada en el marco de lectura abierto 13 del HHV-6 y seguida de la hibridación con la sonda 5R (5′-CCGTCTTAGTATCCGAAACAACTGTCTG-3′), mientras que la búsqueda de otros herpesvirus (es decir, el virus del herpes simple de tipo A.e, virus del herpes simple tipo 1 y 2, citomegalovirus, virus de Epstein-Barr y virus de la varicela zoster) y enterovirus mediante PCR siguió siendo negativa. Se demostró que el HHV-6 era del tipo A mediante un método de tipificación previamente descrito (2).

Figura

Pintura de Evolución clínica y terapéutica y análisis del líquido cefalorraquídeo. La dosis de aciclovir fue de 10 mg/kg, 3x/día, la metilprednisolona fue de 1 g/día, el cidofovir fue de 5 mg/kg 1 día, el ganciclovir fue de 5 mg/kg, 2x/día.

Figura. Evolución clínica y terapéutica y análisis del líquido cefalorraquídeo. La dosis de aciclovir fue de 10 mg/kg, 3x/día, la de metilprednisolona fue de 1 g/día, la de cidofovir fue de 5 mg/kg 1 día, la de ganciclovir fue de 5 mg/kg, 2x/día.

Debido a que la paciente se estaba deteriorando rápidamente, se le administró una dosis alta de metilprednisolona intravenosa durante 5 días. Este tratamiento no fue potente. Cuando se estableció el diagnóstico de encefalomielitis por VHH-6, se suspendió la metilprednisolona y se administró un tratamiento con cidofovir (5 mg/kg durante 1 día). La paciente comenzó a recuperarse, y 6 días después de esta terapia, los resultados del análisis del LCR mostraron 115 leucocitos/mm3, con un 95% de linfocitos, un nivel de proteínas de 0,6 g/L, y resultados negativos de amplificación del HHV-6. La paciente experimentó una reacción cutánea adversa al probenecid administrado con el cidofovir, y el tratamiento fue suspendido. El 27 de febrero, la paciente seguía presentando anomalías neurológicas, y su LCR volvió a ser positivo para el HHV-6 por PCR. Se prescribió entonces ganciclovir intravenoso (5 mg/kg dos veces al día) durante 15 días. Al cabo de un mes, la paciente se había recuperado por completo, sin secuelas ni anomalías en la resonancia magnética. Un año después del episodio de encefalomielitis, la paciente seguía sin defectos neurológicos (Figura).

Se tomaron varias muestras de suero de la paciente los días 2, 12, 22 y 66 después de su ingreso. Las pruebas serológicas mostraron para cada suero el mismo resultado: título de inmunoglobulina (Ig) G anti-HHV-6 de 160 por ensayo de inmunofluorescencia, acompañado de IgM anti-HHV-6, excepto en el día 66, mostrando que el virus había vuelto a su estado latente. El índice de avidez, medido según el procedimiento descrito por Ward et al. (3), fue cercano al 100% en las tres primeras muestras de suero, lo que sugiere que este episodio fue una reactivación de una infección viral existente. Las pruebas serológicas para el VIH fueron repetidamente negativas, al igual que las pruebas para el virus del herpes simple, el virus de Epstein-Barr (VEB) y el citomegalovirus. La PCR del VHH-6 realizada en células mononucleares de sangre periférica fue positiva, aunque fue negativa en las muestras de suero.

La misma mujer fue ingresada en urgencias 1 mes después del alta por disestesia de los miembros inferiores, amigdalitis, astenia y fiebre baja. Suponemos que podría tratarse de una nueva reactivación de la infección por HHV-6, pero esto no se confirmó. Se trataba, de hecho, de una infección primaria por VEB. Un mes después, las manifestaciones neurológicas habían desaparecido totalmente.

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