Etiopía es una República Democrática Federal. La constitución de 1995 de Etiopía establece nueve Estados que se demarcan en función de los patrones de asentamiento, la identidad lingüística y bajo el consenso de la población de las respectivas zonas (República Democrática Federal de Etiopía, 2018). Por lo tanto, la constitución establece el gobierno federal y la autoridad estatal, ambos con poderes legislativos, ejecutivos y judiciales (República Democrática Federal de Etiopía, 1995). La constitución también otorga a los ciudadanos el derecho a participar plenamente en el desarrollo local y nacional; como tal, las unidades más bajas del gobierno local están facultadas para permitir que los ciudadanos hagan una contribución directa en la administración de las unidades de base (República Democrática Federal de Etiopía, 2018). Por ejemplo, el artículo 89, sección 6 de la Constitución de Etiopía (1995) estipula que «el Gobierno promoverá en todo momento la participación del pueblo en la formulación de políticas y programas de desarrollo nacional; también tendrá el deber de apoyar las iniciativas del pueblo en sus esfuerzos de desarrollo» (República Democrática Federal de Etiopía, 1995, p.33). En el ámbito urbano, existen administraciones municipales, mientras que las zonas rurales están bajo la jurisdicción de los distritos conocidos como «woredas». Tanto las administraciones de las ciudades como las de los distritos tienen el mandato, en virtud de las constituciones estatales, de planificar y ejecutar programas y proyectos socioeconómicos en beneficio de los residentes de sus respectivas zonas geográficas. Estas autoridades locales dependen en gran medida de las subvenciones de los estados regionales para la ejecución de las actividades de desarrollo (Ayele, 2011). En el nivel más bajo de la estructura de gobierno en Etiopía se encuentran las autoridades a nivel de aldea llamadas «Kebeles» que supervisan el desarrollo en las comunidades de las aldeas. Los kebeles deben recaudar los impuestos sobre la renta de las tierras agrícolas, organizar la mano de obra comunal para apoyar la ejecución de las actividades de desarrollo y ayudar en la resolución de conflictos. La aprobación de los planes de desarrollo preparados por las «woredas» también es responsabilidad de los kebeles (Bekele y Kjosavik, 2016). Uno de los principales retos a los que se enfrentan las administraciones de las autoridades locales (woredas, ciudades y kebeles) en el desempeño de los servicios socioeconómicos, es la inadecuada financiación para la provisión de infraestructuras y servicios sociales. Esta situación se explica por el hecho de que los ingresos generados por las autoridades locales en Etiopía constituyen sólo el 19% del total de los ingresos nacionales; mientras que el gobierno federal representa la mayor parte de los ingresos recaudados según lo dispuesto en la Constitución (Banco Mundial, 2018c). Por lo tanto, las subvenciones nacionales y las transferencias a las autoridades locales siguen siendo la principal fuente de ingresos para el desarrollo local.
El sector del transporte etíope está dominado por el subsector de las carreteras, que representa alrededor del 90% del transporte motorizado del país.En consecuencia, el gasto del gobierno en el desarrollo de las carreteras ha ido aumentando a lo largo de los años (Worku, 2010). Como subsector dominante, el transporte por carretera en Etiopía ofrece diferentes medios para trasladar mercancías y personas en las zonas urbanas; principalmente a pie – 45%, transporte público (autobuses, minibuses, taxis) – 40%, vehículos privados – 10% y otros – 5% (ONU-Hábitat, 2013). Según un informe de la Organización Internacional de Constructores de Automóviles (OICA), Etiopíacomo en 2015, tenía la tasa de motorización más baja del mundo, estimada en 2 vehículos por cada 1000 habitantes (OICA, 2018). A pesar de su tasa de motorización relativamente baja, el registro de vehículos en Etiopía sigue aumentando, especialmente en las zonas urbanas como Addis Abeba, que alberga alrededor del 70% de todos los vehículos registrados en el país (Ministerio de Transporte de Etiopía, 2011). La iniciativa también pretende mejorar las normas de eficiencia del combustible para los vehículos y fomenta la adopción de vehículos híbridos y eléctricos enchufables (Gobierno de Etiopía, 2011). El sector del transporte en Etiopía está supervisado por el Ministerio de Transporte, con la colaboración de otras instituciones estatales como el Ministerio de Agua y Energía, el Ministerio de Desarrollo Urbano y Construcción y la Autoridad de Protección Ambiental.