Sí, puede tener un bebé sano – ahora que está al tanto de ese paquete sorpresa. Y si cree que es la única que ha tenido un «¡ups!», piénselo de nuevo. Las estadísticas nacionales muestran que los embarazos no planificados representan alrededor del 45% de todos los embarazos (es decir, casi la mitad). Afortunadamente, la inmensa mayoría de los bebés que nacen como resultado de estos embarazos no planificados resultan ser sanos y no se ven perjudicados. Pero ahora que ya estás al tanto de tu futuro vientre, es hora de que empieces a tomarte en serio tu salud y tus cuidados prenatales. Si lo haces, tendrás tantas posibilidades como cualquier otra de tener un bebé sano. He aquí cómo:
Deje de fumar. Puede que hayas estado fumando antes de que la prueba de embarazo diera positivo, pero ahora que sabes que tienes un bebé creciendo en tu interior, es hora de dejar de fumar. Aunque no debes preocuparte demasiado por el tabaco que fumabas antes de saber que estabas embarazada, es mejor que evites dar una calada a esos cigarrillos a partir de ahora. Esto se debe a que las mujeres que fuman durante el embarazo aumentan el riesgo de sufrir complicaciones en la gestación, como partos prematuros y tener un bebé de bajo peso (lo que aumenta las posibilidades de que tenga problemas de salud). Incluso un cigarrillo ocasional es demasiada exposición al humo para el feto. Lo mismo ocurre con los cigarrillos electrónicos. Aunque los cigarrillos electrónicos suelen contener menos sustancias nocivas que los cigarrillos normales, siguen siendo peligrosos, ya que la nicotina puede dañar el cerebro y los pulmones del bebé en desarrollo. Si eres adicta a encender el cigarrillo, investiga cómo dejar el hábito.
La buena noticia: si dejas de fumar en las primeras etapas del embarazo, puedes reducir radicalmente el riesgo de dañar a tu bebé. Un estudio publicado en 2009 descubrió que cuando las mujeres dejaban de fumar antes de la 15ª semana de embarazo, no tenían más probabilidades de tener un bebé prematuro o de bajo peso que las mujeres no fumadoras. Así que busca ayuda para dejar tu dosis de nicotina. Además, recuerda no fumar después de que nazca tu bebé: Los bebés expuestos al humo son más propensos a padecer enfermedades respiratorias, infecciones de oído y el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), entre otros problemas de salud. Un incentivo para dejar de fumar para siempre.
Evite el alcohol. Al igual que ocurre con el tabaquismo, el consumo de alcohol durante el embarazo aumenta el riesgo de complicaciones como el nacimiento prematuro y una serie de discapacidades físicas, conductuales e intelectuales. Pero antes de que cunda el pánico, ten en cuenta lo siguiente: Es poco probable que el consumo ocasional de alcohol antes de saber que estás embarazada perjudique a tu bebé. Aun así, como los expertos no saben exactamente qué cantidad de alcohol se necesita para afectar al feto, es crucial que dejes de beber alcohol ahora. (No te preocupes, puedes volver a disfrutar de esa copa de vino o cóctel con moderación después de dar a luz.)
Ve a un profesional. Dado que tu embarazo no ha sido planificado, es posible que no tengas un médico o una comadrona que te guíe durante estos increíbles meses de embarazo. Pero no es demasiado tarde para encontrar a alguien de confianza. Pide referencias a tus amigos o a tu médico de cabecera. Una vez que elijas a un profesional, háblale de tu historial de salud para que puedas controlar cualquier problema médico de forma segura y lo antes posible (por ejemplo, si tienes problemas de tiroides, hay medicamentos que puedes tomar durante el embarazo). Además, pídele a tu médico que te examine para detectar infecciones de transmisión sexual y averigua si debes vacunarte (un análisis de sangre puede determinar si eres inmune a ciertas enfermedades). Una vacuna que debes poner en tu lista de tareas pendientes ahora que eres una futura mamá: la de la gripe.
Come bien. ¿Preocupada por no estar comiendo de forma muy nutritiva antes de enterarse de su embarazo no planificado? Relájate: empieza ahora. Céntrate en los alimentos con alto contenido en ácido fólico, calcio y vitaminas buenas para ti. Y ten en cuenta que no es necesario duplicar el número de calorías diarias (puede que comas por dos, pero uno de vosotros sigue siendo muy pequeño). En su lugar, haz todo lo posible por mantener un peso saludable aumentando tu consumo de calorías en sólo una media de 300 calorías adicionales al día. Sigue la dieta del embarazo para saber qué -y cuánto- debes comer durante estos próximos meses. Además, pida a su médico que le recomiende una vitamina prenatal con ácido fólico, ya que esto ayudará a reducir el riesgo de que su bebé tenga defectos de nacimiento.
Entre en forma. Las investigaciones demuestran que hacer ejercicio durante el embarazo es bueno para ti y para el bebé, además de que ayuda a mantener los kilos del embarazo al mínimo. Tenga en cuenta que no es el momento de entrenar para una maratón (excederse en el ejercicio podría ser perjudicial durante el embarazo), pero es tan buen momento como siempre para realizar alguna actividad regular, unos 30 minutos de ejercicio moderado al día. Caminar, nadar y hacer yoga son buenas opciones. Hacer ejercicio te ayudará a mejorar la salud del corazón, el tono muscular y la fuerza, al tiempo que reduce la probabilidad de sufrir problemas de espalda, estreñimiento y complicaciones como la diabetes gestacional, todo lo cual debería hacer que tu embarazo y tu parto sean más fáciles y saludables.