Introducción a Ofelia en Hamlet

De todos los personajes fundamentales de Hamlet, Ofelia es el más estático y unidimensional. Tiene el potencial de convertirse en una heroína trágica – para superar las adversidades que se le infligen – pero en cambio se desmorona en la locura, convirtiéndose en algo meramente trágico. Parece que la propia Ofelia no es tan importante como su representación de la naturaleza dual de las mujeres en la obra. El grado en que Hamlet se siente traicionado por Gertrudis es mucho más evidente por la presencia de Ofelia. Los sentimientos de rabia de Hamlet contra su madre pueden dirigirse hacia Ofelia, que, en su opinión, esconde su baja naturaleza tras un disfraz de impecabilidad, al igual que Gertrudis.
A través de Ofelia asistimos a la evolución, o desevolución, de Hamlet hacia un hombre convencido de que todas las mujeres son rameras; que las mujeres que parecen más puras están por dentro negras de corrupción y deseo sexual. Y si las mujeres son rameras, entonces deben tener sus alcahuetes. Gertrudis ha sido prostituida por Claudio, y Ofelia ha sido prostituida por su padre. En el acto II, Polonio se las arregla para utilizar a la seductora Ofelia para descubrir por qué Hamlet se comporta de forma tan curiosa. Hamlet no está en la habitación, pero parece obvio, por las siguientes líneas, que ha escuchado a Polonio tratando de utilizar los encantos de su hija para satisfacer sus propósitos solapados. En la mente perturbada de Hamlet, no hay zona gris: Polonio prostituye a su hija. Y Hamlet se lo dice a Polonio en la cara, tachándolo de «pescadero» (a pesar de que Polonio no puede descifrar el significado de las palabras de Hamlet). Como argumenta Kay Stanton en su ensayo Las putas de Hamlet:

Tal vez se pueda conceder… que lo que hace que una mujer sea una puta en la estimación de Hamlet es su uso sexual no por un hombre sino por más de un hombre…. lo que parece enfurecer en el interludio del «convento» es que Ofelia ha puesto su sentido del amor y del deber por otro hombre por encima de su sentido del amor y del deber por él, igual que Gertrudis puso su sentido del amor y del deber por su nuevo marido por encima de su sentido del amor y del deber por el anterior. Gertrudis eligió a un hermano por encima de un Hamlet muerto; Ofelia elige a un padre por encima de un Hamlet vivo: ambas elecciones pueden leerse como adicionalmente perversas sexualmente al ser, para Hamlet, «incestuosas» (Stanton, New Essays on Hamlet)

Para el resto de nosotros, Ofelia representa algo muy diferente. Para los observadores externos, Ofelia es el epítome de la bondad. Al igual que Gertrudis, la joven Ofelia es infantil e ingenua. Pero, a diferencia de la reina Gertrudis, Ofelia tiene buenas razones para no ser consciente de las duras realidades de la vida. Es muy joven y ha perdido a su madre, posiblemente al nacer. Su padre, Polonio, y su hermano, Laertes, quieren mucho a Ofelia y se han esforzado por protegerla. Ella no se ocupa de los asuntos de estado; pasa sus días dedicándose a la costura y a la recolección de flores. Devuelve el amor que le demuestran Polonio y Laertes diez veces más, y lo acompaña de una lealtad completa e inquebrantable. «Todo su carácter es el de un simple afecto desinteresado» (Bradley 130). Aunque su amor por Hamlet es fuerte, obedece a su padre cuando le dice que no vuelva a ver a Hamlet ni acepte ninguna carta que éste le escriba. Su corazón es puro, y cuando hace algo deshonesto, como decirle a Hamlet que su padre se ha ido a casa cuando en realidad está detrás de la cortina, es por auténtico miedo. Ofelia se aferra al recuerdo de Hamlet tratándola con respeto y ternura, y lo defiende y ama hasta el final a pesar de su brutalidad. Es incapaz de defenderse, pero a través de sus tímidas respuestas vemos claramente su intenso sufrimiento:

Hamlet: …te amé una vez.
Ofelia: En efecto, mi, señor, me hiciste creerlo.
Hamlet: No debisteis creerme…no os amé.
Ofelia: Yo fui la más engañada.

Su fragilidad e inocencia juegan en su contra al no poder afrontar el desarrollo de un suceso traumático tras otro. El querido Hamlet de Ofelia le causa todo el dolor emocional a lo largo de la obra, y cuando su odio es responsable de la muerte de su padre, ella ha soportado todo lo que es capaz de soportar y se vuelve loca. Pero incluso en su locura simboliza, para todos menos para Hamlet, la incorrupción y la virtud. «En sus vagabundeos oímos de vez en cuando un trasfondo del más profundo dolor, pero nunca el grito agónico de miedo u horror que hace que la locura sea espantosa o impactante. Y la imagen de su muerte, si nuestros ojos se oscurecen al verla, sigue siendo puramente hermosa». (Bradley, Shakespearean Tragedy 132-3). Las canciones subidas de tono que canta delante de Laertes, Gertrudis y Claudio son un sombrío recordatorio de que el mundo corrupto ha hecho mella en la pura Ofelia. Nos muestran que sólo en su locura está a la altura de la falsa percepción que Hamlet tiene de ella como mujer lasciva.

Cómo citar este artículo:
Mabillard, Amanda. Ophelia. Shakespeare Online. 20 Aug. 2000.

Bradley, A.C. Shakespearean Tragedy. New York: St. Martin’s Press, 1966.
Stanton, Kay. Hamlet’s Whores. En New Essays on Hamlet. Ed. Mark Burnett. New York: AMS Press, 1994.

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