La menta es probablemente la hierba más cultivada. La mayoría de las mentas son plantas perennes erguidas que crecen de dos a tres pies de altura. La menta corsa (Mentha requienii) y el poleo (Mentha pulegium) son excepciones de bajo crecimiento. Las mentas se han utilizado durante miles de años como especias culinarias, antisépticos y popurrí.
La familia de la menta (Lamiaceae), originaria de Europa, es fácil de cultivar. Las mentas se adaptan a una amplia gama de suelos. Dado que las mentas son tan invasivas, plántalas en contenedores para evitar que ocupen demasiado espacio en el jardín. Para un crecimiento óptimo, plante la menta en un suelo húmedo y orgánico en cualquier lugar, desde la sombra parcial hasta el pleno sol.
Inicie las mentas a partir de semillas, esquejes o divisiones de una planta establecida. Córtela dos o tres veces por temporada para controlar el crecimiento flojo.
Corte las mentas por la mañana, después de que el rocío haya desaparecido, para capturar la mayor cantidad de aceites esenciales. No refrigere ni congele la menta porque sus hojas se ennegrecerán, puede conservarse colgándola en manojos boca abajo para que se sequen. Utilice las hojas secas para cocinar o como popurrí.
Para obtener más información, consulte la siguiente hoja informativa de la Colorado State University Extension.
- Jardinería perenne