Latín: Vía Apia

La Vía Apia o Vía Apia Antica en Roma es una de las carreteras antiguas más famosas. Fue construida en el año 312 a.C. por Apio Claudio Caecus. En su totalidad abarcaba 350 millas (563kms). La Vía Apia se extendía desde el Foro Romano hasta la actual Brindisi. La mayor parte de su construcción consistía en grandes piedras y una grava más blanda compactada entre las rocas la cementaba. Las calzadas romanas, y en especial la Vía Apia, eran muy importantes para Roma. Permitía el comercio y el acceso a Oriente, concretamente a Grecia.

La Vía Apia es visible hoy en día y muchas tumbas y arquitectura significativas bordean sus límites. En esta vía Appia Antica tuvieron lugar muchos acontecimientos. Puede que sea más famosa por su papel en la revuelta de los esclavos liderada por Espartaco en el año 73 a.C. Después de que el ejército romano sometiera la insurrección, crucificaron a más de 6000 esclavos y forraron la Vía Apia durante 130 millas con sus cuerpos.

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La Vía Apia también está bordeada de tumbas de antiguas familias patricias de Roma. Entre las tumbas se encuentran las catacumbas cristianas, San Sebastián, San Domitilla, San Calixto, y la más impresionante, la tumba de Cecilia Metella. Recorrer esta vía es rico en historia y visión, un buen punto de partida es la puerta de San Sebastiano. La Vía Apia es muy rica en historia y significado y es realmente una experiencia valiosa. Se dice que es el camino en el que Pedro tuvo su visión de Cristo y se dirigió de nuevo a la ciudad de Roma para ser perseguido.

La parte de la Via Appia que ahora se llama Via sacra (camino sagrado, en el centro de la ciudad de Roma) comienza en el Capitolio. Pasa por el Foro Romano dejándolo justo después del Arco de Tito. Esta antigua vía bordea también el Palatino y el Circo Máximo, así como las Termas de Caracalla, llegando hasta la imponente puerta de San Sebastián.
En las cercanías se encuentran también los restos del acueducto Claudio, que aún se conservan en buen estado.

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