Los pequeños problemas de visión son fáciles de descartar como parte del envejecimiento o un signo de cansancio. Entonces, ¿cómo puede saber si es una advertencia de que algo más serio está sucediendo con su visión? Tamara Hinson ha preguntado a los expertos cuáles son los síntomas que nunca debes ignorar.
Visión de arco iris
Ver arco iris o halos alrededor de la luz indica un problema con la forma en que la luz se filtra en el ojo. La luz se compone de diferentes colores, pero los rayos se concentran normalmente en un único punto, por lo que no se pueden distinguir.
«Estos síntomas indican que se está produciendo una dispersión de la luz en la córnea o el cristalino», afirma el doctor Konrad Pesudovs, catedrático de optometría y ciencias de la visión de la Facultad de Medicina de la Universidad Flinders (Australia).
Esto podría deberse a puntos opacos en la córnea, como las cataratas, donde el cristalino se nubla. Esto hace que la luz que normalmente pasa por el ojo en línea recta se disperse o se doble.
Esto tiene el efecto de un halo borroso o un arco iris, ya que la luz se divide en diferentes direcciones.
«Las cataratas acabarán requiriendo cirugía», dice el Dr. Pesudovs. Pueden extenderse, por lo que debe acudir a un óptico si tiene estos problemas de visión. Si no se tratan, pueden conducir a la ceguera.
Si hay un rayo…
Los destellos que parecen un rayo en el rabillo del ojo pueden indicar un desprendimiento del vítreo. El vítreo es el líquido gelatinoso que llena el ojo y se conecta con la retina y el nervio óptico, que se comunican con el cerebro y nos permiten ver.
A medida que envejecemos, el vítreo se desplaza hacia delante porque se vuelve más acuoso y no puede mantener su forma, por lo que se aleja de la retina.
«Este tirón interrumpe la señal visual normal que llega al cerebro y desencadena una sensación de luz intermitente», afirma el profesor Andrew Lotery, experto en oftalmología y director de investigación del Gift of Sight Appeal (giftofsight.org.uk) con sede en la Universidad de Southampton.
Aunque el desprendimiento del vítreo es una parte natural del envejecimiento y no es un problema en sí mismo, es importante acudir a un experto si experimenta una sensación de tirón continuado, ya que puede ser un signo de que la propia retina se está desprendiendo del ojo.
Examinarán la retina con un oftalmoscopio para comprobar que no se está dañando y que no es probable que se produzca un desprendimiento de retina.
La retina debe volver a fijarse con cirugía – de lo contrario puede provocar la pérdida de la vista.
Deseo de bajar las luces
Sentirse un poco mareado cuando se enciende la luz de la habitación por la mañana o entrecerrar los ojos cuando hay mucha luz solar es perfectamente normal.
Pero el dolor persistente en el ojo al mirar la luz, que hace que se quiera entrecerrar o cerrar los ojos, siempre debe ser investigado por un profesional de la visión, dice Craig McArthur, optometrista de Peter Irvins Eye Care en Escocia.
Podría ser un signo de una infección como la conjuntivitis. En este caso, el ojo también puede sentirse pegajoso, con picor o dolor; no hay cura, pero debería desaparecer en dos semanas.
La sensibilidad a la luz también puede ser un signo de que está entrando demasiada luz en el ojo como resultado de un daño.
Una de las causas más comunes son las abrasiones de la córnea, causadas por residuos como el polvo o la arena que arañan la superficie de la córnea, la película transparente que cubre la parte delantera del ojo.
Por lo general, se curan por sí solas en un par de días, y las gotas antibióticas para los ojos pueden ayudar.
También podría indicar daños en el nervio oculomotor debido a un impacto o a una infección, aunque esto es raro.
Este nervio controla el movimiento del ojo, incluyendo la pupila, que se contrae y expande dependiendo de la cantidad de luz que haya, funcionando un poco como el obturador de una cámara.
Si no puede contraerse, puede entrar demasiada luz en el ojo y dañar la retina, la capa sensible a la luz en la parte posterior del ojo que envía señales al cerebro ayudando a dar sentido a una imagen. No hay tratamiento para el daño oculomotor, pero se pueden administrar analgésicos y suele mejorar o curarse al cabo de seis semanas.
Líneas onduladas y manchas oscuras
Las líneas onduladas pueden indicar degeneración macular. Es más común en personas mayores de 60 años, por lo que suele denominarse degeneración macular relacionada con la edad.
La afección se produce cuando los vasos sanguíneos conectados a la mácula -una parte de la retina que hace que la visión sea más detallada- se dañan.
Es la mayor causa de pérdida de visión en el Reino Unido.
La mácula es la responsable de la visión de los colores, por lo que el hecho de que los colores empiecen a verse apagados también puede ser un signo de degeneración.
Matthew Athey, del Real Instituto Nacional de Ciegos, afirma: «Es importante reconocer los síntomas -que también incluyen la visión borrosa y los puntos ciegos- y acudir a un experto rápidamente, ya que la DMAE puede quitarle la vista en tan sólo tres meses.
Dificultad para ver por la noche
No poder ver tan bien con poca luz puede ser un signo del trastorno ocular hereditario retinosis pigmentaria, que afecta a una de cada 3.000 personas mayores de 45 años.
Se produce cuando los fotorreceptores -células que detectan la luz- de la retina mueren debido a un fallo genético’, afirma el Dr. Felipe Dhawahir-Scala, oftalmólogo consultor y cirujano vitreorretiniano del Manchester Royal Eye Hospital.
La retina está formada por unas células llamadas bastones y conos, llamadas así por su forma.
Los bastones son los responsables de la visión nocturna y suelen ser los primeros en verse afectados.
La pérdida de visión progresa a lo largo de muchos años. No hay tratamiento, pero se espera que la identificación de los genes implicados pueda ayudar a encontrar uno.
Los párpados inferiores
«Un cáncer de piel común llamado carcinoma de células basales suele aparecer en el párpado inferior y en el ángulo interno de los párpados», dice el doctor Andrew Harrison, director de cirugía oculoplástica y orbital de la Universidad de Minnesota.
A diferencia de los párpados superiores, que están protegidos por el hueso de la ceja, estas zonas están más expuestas a los rayos nocivos.
«Los signos de advertencia incluyen una lesión de tipo nodular roja y brillante, y cualquier cambio en la forma habitual del párpado, como hinchazón o bultos», dice el doctor Harrison.
VISIÓN PERIFÉRICA
La pérdida de visión periférica, es decir, la visión fuera del centro de nuestra mirada, puede ser un signo de glaucoma, en el que la presión en el ojo se acumula porque el líquido no drena correctamente, dañando el nervio óptico.
«Suele comenzar como un arco un poco por encima y/o por debajo del centro de la visión cuando se mira de frente», dice Matthew Athey.
«Esta zona en blanco, si el glaucoma no se trata, se extiende hacia fuera y hacia dentro»
Aunque el daño no puede deshacerse, el tratamiento puede evitar una mayor pérdida de visión.