Harrison muere de neumonía sólo un mes después de su toma de posesión, convirtiéndose en el primer presidente que muere mientras ocupa su cargo.
El presidente Harrison muere
El 4 de abril de 1841, el presidente William Henry Harrison murió de neumonía, exactamente un mes después de su toma de posesión como noveno presidente de los Estados Unidos. El presidente, de 68 años de edad, probablemente se resfrió al estar al aire libre, en un clima muy adverso, sin sombrero ni abrigo, durante su discurso inaugural de casi dos horas. La salud de Harrison se deterioró aún más bajo el constante bombardeo de solicitantes de cargos que buscaban su favor desde el momento en que asumió el cargo. Sólo tres semanas después de su toma de posesión, Harrison estaba postrado en la cama, ya que su resfriado se había convertido en una neumonía. Sus últimas palabras fueron susurradas al médico que lo atendía, aunque tal vez estuvieran dirigidas al vicepresidente John Tyler: «Señor, deseo que comprenda los verdaderos principios del gobierno. Deseo que se lleven a cabo. No pido nada más»
La administración de Harrison fue la más corta de la historia de Estados Unidos, y su muerte fue la primera de un presidente en ejercicio. La muerte de Harrison también abrió la complicada y no probada cuestión de la sucesión presidencial. La Constitución establecía que, a la muerte de un Presidente, los «deberes de dicho cargo» debían «recaer en el Vicepresidente», y la 12ª Enmienda disponía que el Vicepresidente «hiciera las veces de Presidente» cuando no hubiera Ejecutivo. Pero ninguno de los dos documentos establecía explícitamente si el vicepresidente era ahora el propio Presidente, o simplemente asumía las responsabilidades del cargo hasta que pudiera celebrarse una nueva elección.
El gabinete de Harrison envió un mensajero para informar al vicepresidente Tyler de la muerte de Harrison, convocándolo a la capital de la nación. A su llegada a Washington, D.C., dos días después, Tyler se reunió inmediatamente con el gabinete de Harrison para discutir el asunto de la sucesión. Rápidamente, los miembros del gabinete acordaron que Tyler debía jurar el cargo y convertirse en Presidente por derecho propio. El hecho de que Tyler asumiera el cargo vacante tras la repentina muerte de Harrison estableció el procedimiento y el precedente para la sucesión presidencial – y evitó un posible problema constitucional y político.