El esqueleto de un gato está formado por muchos huesos diferentes: 250 en total. Este número puede variar, ya que algunos gatos tienen la cola más larga que otros, y por tanto más vértebras.

El esqueleto mantiene unido el cuerpo del gato y le permite moverse. Los huesos son duros y mineralizados debido a su alto contenido en calcio, que es muy importante para el metabolismo.

El esqueleto es un medio de unión de los músculos y ligamentos, mientras que la médula ósea contenida en su interior permite la producción y distribución de células sanguíneas.

Al igual que las personas, los gatos son susceptibles de sufrir fracturas y deformidades. Es muy importante cuidar la salud de tu gato para poder prevenir los problemas antes de que aparezcan.

En este artículo, te explicaremos la estructura del esqueleto de tu gato y su funcionamiento. El esqueleto se presentará en dos partes: la parte axial y la parte apendicular. También trataremos ciertas enfermedades óseas que tu gato puede padecer en algún momento de su vida.

El esqueleto axial del gato

El esqueleto axial está formado por el cráneo, la mandíbula (la parte inferior de la mandíbula, que tiene forma de herradura), el hueso lingual (tiene forma de H y sirve para tragar), la médula espinal, las costillas (en los gatos las costillas no están unidas al esternón, sólo a la columna vertebral) y el esternón.

El cráneo, que protege el cerebro, está compuesto por 24 huesos: los huesos premaxilares, los maxilares, los nasales, el etoides, el vómer, los palatinos, los lacrimales, la placa frontal, los cigomáticos, el parietal, el interparietal, el occipital, el esfenoides, el presfenoides y el temporal.

La columna vertebral unida a la base del cráneo. Llega desde el cuello hasta el final de la cola y está formada por vetrebras. La columna vertebral tiene cinco secciones: la columna cervical, que tiene siete vértebras, la columna torácica, que tiene trece vértebras, la columna lumbar, que tiene siete vértebras, el sacro, que tiene una sola vértebra, y finalmente el coxis, que puede tener un número variable de vértebras.

El tórax está compuesto por la parte torácica de la columna vertebral, a la que se unen trece pares de costillas, y el esternón, que tiene ocho huesos: el manubrio, seis muescas costales y el xifoides.

El esqueleto apendicular de un gato

El esqueleto de cada miembro torácico (un miembro unido a la parte superior del cuerpo) tiene 31 huesos: las clavículas y la escápula por el hombro (omoplato); el húmero es el hueso de la parte superior del brazo, mientras que los huesos del antebrazo son el radio y el cúbito. Siete huesos forman el carpo (la base de la pata): el escafoides, el capitado, el pisiforme, el trapezoide, el trapecio y el hamato. La parte delantera de la pata tiene cinco huesos metacarpianos y catorce falanges.

El esqueleto de cada miembro pélvico tiene 29 huesos: el cóccix que sale de las caderas, el fémur que forma el muslo, la rótula y los peronés y la tibia que forman la pierna. Hay siete huesos del tarso (tobillo): el astrágalo, el calcáneo, el navicular, el cuneiforme medial, el cuneiforme intermedio, el cuneiforme lateral y el cuboide.

Fuente: Clínica Veterinaria Oak Park

Infecciones óseas felinas

El tejido óseo es muy resistente a las infecciones. No obstante, los huesos pueden entrar en contacto con bacterias después de cualquier cirugía, por pequeña o grande que sea.

La osteomielitis es una de estas enfermedades que afecta a los gatos. Es cuando los huesos se infectan por un germen a través de la circulación sanguínea.

Un examen bacteriológico es necesario para diagnosticar dicha infección y establecer el método correcto de tratamiento lo antes posible.

El tratamiento de la osteomielitis es un proceso largo y complicado, por lo que es muy importante prevenir este tipo de infecciones a través de la higienización a lo largo de cualquier tipo de cirugía ósea.

La osteogénesis imperfecta, también conocida como enfermedad de los huesos frágiles, es otra enfermedad ósea. Aunque es más común entre los perros que entre los gatos, algunos felinos también la padecen.

Es una enfermedad hereditaria que se manifiesta de diferentes maneras; pueden producirse peligrosas fracturas, así como pérdida de audición, dientes defectuosos, hipermovilidad de las articulaciones y el blanco de los ojos se vuelve azul.

Los gatos también pueden padecer osteofibrosis. Esta enfermedad está causada por la falta de calcio y minerales. Puede provocar malformaciones óseas y fracturas.

Si su gato empieza a cojear o le cuesta levantarse, puede ser una señal de que sufre osteofibrosis. Las deformidades causadas por esta enfermedad pueden ser permanentes. Es necesario realizar una radiografía para diagnosticar esta enfermedad – es la única manera de estar seguro de que su gato tiene deformidades óseas.

Para prevenir esta enfermedad, asegúrese de que su gato tiene una dieta rica y variada. Como carnívoros, los gatos necesitan proteínas, carbohidratos y grasas, así como vitaminas, fibras y minerales.

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