Pero ya es uno de los empresarios más ambiciosos de la música, con intereses comerciales que incluyen clubes nocturnos, una inversión en los New Jersey Nets y una línea de moda. Su próximo movimiento no está claro, aunque se ha especulado que podría llegar a un acuerdo con el gigante de los conciertos Live Nation, que ha estado buscando participaciones en las diversas líneas de negocio de los artistas más allá de los conciertos.

No está claro si Universal ocupará el puesto que deja vacante Jay-Z.

Aunque Universal persiguió a Jay-Z como ejecutivo para que imprimiera credibilidad al entonces incierto negocio del rap de Def Jam, se va con un legado mixto. Bajo su dirección, Def Jam publicó dos álbumes muy vendidos de Kanye West, el productor convertido en rapero que llegó por primera vez a Def Jam a través del propio sello de Jay-Z, Roc-a-Fella Records.

Pero en otros casos, los resultados de Jay-Z han oscilado entre la confusión y la falta de brillo. El acto de rap Young Jeezy disfrutó de un debut exitoso, pero un modesto álbum de seguimiento y las ventas de raperos como Freeway y Beanie Sigel han sido lentas.

En el lado del pop, Jay-Z se acredita con el descubrimiento del acto de pop de mayor venta Rihanna, y como intérprete prestó sus habilidades a una serie de actos de Universal, incluso rapeando en una versión de «Rehab», el single más vendido de Amy Winehouse, la cantante británica de retro-soul.