La flexión turca es uno de los ejercicios más completos y holísticos que puedes tener en tu arsenal. «Además de promover la estabilidad, la movilidad, el equilibrio y la fuerza, la levantada puede tener poderosos beneficios neurológicos», dice Alex Zimmerman, director del programa Tier X.

«Cuando somos bebés, pasamos de gatear a estar de pie y estos patrones de transición son una parte importante del cableado de nuestro cerebro», explica. Gracias a nuestra vida de escritorio, nuestra capacidad para acceder a estos patrones se inhibe a medida que envejecemos. Sin embargo, el ejercicio turco es la versión adulta de aprender a ponerse de pie: nos lleva a través de la mayoría de las formas posibles de movimiento del cuerpo humano. Y practicar el ejercicio con regularidad puede ayudar a aumentar el rendimiento deportivo, así como la función mental, según Zimmerman.

Primero, domina la versión básica del ejercicio. Zimmerman recomienda hacer de dos a cuatro repeticiones a cada lado con una kettlebell ligera (o equilibrar un zapato sobre el puño cerrado si eres principiante) como calentamiento antes de cualquier otro entrenamiento dos o tres veces por semana. A continuación, desplázate hacia abajo para aprender cómo puedes aumentar la complejidad de este movimiento con cinco variaciones sorprendentes.

Las flexiones turcas demostradas por Julie Wandzilak, entrenadora de Tier X en E Columbus Circle en la ciudad de Nueva York

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