El sesgo intragrupal (también conocido como favoritismo intragrupal o sesgo intergrupal) es la tendencia de los seres humanos a ser más serviciales y positivos con los miembros de su propio grupo que con los miembros de un grupo externo. Observado por primera vez a principios del siglo XX, el sesgo intragrupal se produce debido al típico comportamiento humano de formar grupos e identidades grupales. Ejemplos de la vida real de estas identidades de grupo son la etnia, las ideologías políticas, las creencias religiosas y las identidades geográficas. El sesgo de grupo también puede observarse en entornos artificiales de laboratorio: cuando los participantes son separados al azar en grupos arbitrarios, es más probable que apoyen y ayuden a los miembros de su propio grupo que a los de los otros grupos.
La pertenencia a los grupos puede cambiar con el tiempo, por lo que el sesgo dentro del grupo a menudo puede observarse como una naturaleza de «flujo y reflujo» a lo largo del tiempo. Un ejemplo sería una elección. Al principio, los miembros de un partido político suelen discutir entre sí y dividirse en facciones que apoyan a diferentes candidatos dentro del mismo partido. Pueden mostrar pensamientos estereotipados y comportamientos negativos hacia el otro grupo. Pero con el tiempo, una vez que se ha seleccionado a un candidato para presentarse, los miembros del partido suelen volver a fusionarse en un grupo que apoya al candidato de su partido y su predisposición dentro del grupo cambia hacia el candidato del partido contrario.
Algunas teorías que explican el sesgo dentro del grupo incluyen la Teoría del Conflicto Realista (TCR), que postula que el conflicto por los recursos compartidos es lo que fomenta el sesgo dentro del grupo, y la Teoría de la Identidad Social, que propone la creación de identidades individuales distintas junto con una identidad cultural que aumenta la probabilidad de este sesgo.