Pocos pacientes con trastorno por uso de opioides reciben medicación para el tratamiento de la adicción. En 2017, la Ley Integral de Adicción y Recuperación permitió a los profesionales de enfermería (NP) y a los asistentes médicos (PA) obtener exenciones federales que les permitieran recetar buprenorfina, un medicamento clave para el trastorno por uso de opioides. La ampliación de la exención pretendía aumentar el acceso de los pacientes al tratamiento del consumo de opiáceos, lo que era especialmente importante para las zonas rurales con pocos médicos. Sin embargo, se sabe poco sobre la adopción de estas exenciones por parte de los PN o AP en las zonas rurales. Utilizando datos federales, examinamos la adopción de exenciones en áreas rurales y su asociación con las regulaciones del alcance de la práctica, que establecen el grado en que los PN o AP pueden prescribir medicamentos. De 2016 a 2019, el número de clínicos con exención por cada 100.000 habitantes en las zonas rurales aumentó en un 111 por ciento. Los NP y PA representaron más de la mitad de este aumento y fueron los primeros clínicos renunciados en 285 condados rurales con 5,7 millones de residentes. En las zonas rurales, las regulaciones de amplio alcance de la práctica se asociaron con el doble de PN renunciados por cada 100.000 habitantes que los alcances restringidos de la práctica. El rápido crecimiento del número de PN y AP con renuncias a la buprenorfina es un avance prometedor para mejorar el acceso al tratamiento de la adicción en las zonas rurales.

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